PEPA BUENO. PERIODISTA.
OPINIÓN

Independencia, mentiras y...

Pepa Bueno.
Pepa Bueno.
JORGE PARÍS
Pepa Bueno.

Para cuando ustedes lean esta columna no sé con que nuevo numerito nos habrán avergonzado quienes les dijeron a los catalanes que la independencia era cuestión de proclamarla, mientras en privado –según las conversaciones intervenidas por la Guardia Civil por orden de un juez– reconocían que era imposible. Literalmente. El Secretario de Hacienda catalán, Josep Lluis Salvadó, alto cargo del Departamento que dirigía Oriol Junqueras, reconocía ya el 30 de agosto que "cualquiera que tenga dos dedos de cerebro, lo sabe".

Y después vinieron el pleno del Parlament del 6 y 7 de septiembre, la aprobación de las leyes de ruptura, el falso referéndum del 1 de octubre, la sesión del Parlament del día 10 con el "si es, no es" de Puigdemont, los requerimientos del Gobierno de España y finalmente la declaración de independencia del viernes 26 de octubre.

Sin que se les moviera un pelo en público, llamando a los catalanes a votar y a resistir mientras ellos sabían que todo era una gran ficción. Y con el billete a Bruselas en el bolsillo y localizado el abogado que podría, según su delirio, protegerlos del "Estado represor". El chasco fue que al día siguiente no había República, ningún país los reconocía y el Estado se limitó a aplicar el articulo 155 de la Constitución, intentar poner orden en el caos, pagar a proveedores, garantizar las nóminas de los empleados públicos y librar a la Administración catalana de quienes llevan años dedicando dinero y energía a esta ficción mientras aquellos para los que en teoría gobernaban –independentistas o no– tienen que resolver sus problemas día a día. Y la Justicia seguía adelante.

La mentira en política no es nueva, ni tampoco su poder de sugestiónHarán falta muchos expertos para explicar cómo es posible que no se haya producido un gran movimiento de indignación entre quienes creyeron de buena fe la película que les contaban y comprueban ahora además cómo se puede degradar la imagen de las instituciones que hasta el viernes representaron.

Carles Puigdemont dice ahora que el camino a la independencia será largo. ¿Desde cuando exactamente sabía que el camino sería largo?

La mentira en política no es nueva, ni tampoco su poder de sugestión. Pero nunca antes tuvimos tantos canales de información y comunicación, nunca antes los datos reales estuvieron tan al alcance de la mano. Y sin embargo, esta facilidad sirve a la vez para que quien quiera busque y encuentre la verdad objetivable y para que millones se crean a pies juntillas una gran estafa. El brexit fue la primera señal de alarma.

Al día siguiente del referéndum los británicos desayunaron con las malas noticias que les traía la ruptura. Pero esas malas noticias estaban ahí antes ya, durante la campaña y muchos prefirieron creer a pensar.

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