MARIO GARCÉS. EX SECRETARIO DE ESTADO DE SERVICIOS SOCIALES E IGUALDAD
OPINIÓN

El tonto del 'networking'

Mario Garcés.
Mario Garcés.
20MINUTOS.ES
Mario Garcés.

Si hay algo que no aguanto es la ingratitud. Si además el ingrato se ha aprovechado de mí, que Dios le desampare o que le caigan todas las plagas bíblicas, a excepción de las langostas que son capaces de comérselas.

De un tiempo a esta parte, una de dos, o estoy terriblemente sensible y mi orgullo malherido, o se han multiplicado los imbéciles exponencialmente. Buena culpa de todo ello lo tiene el dichoso networking, que para los no iniciados en la gramática del brexit, viene a ser algo parecido a tener contactos útiles a través de las nuevas tecnologías y los nuevos medios de comunicación social.

Francamente, que es adverbio proveniente de franco, creo que algún caradura, mogrollo de profesión, ha confundido el networking con el notworking. Lo que pretenden no es desarrollar oportunidades de trabajo con el conocimiento y la experiencia que te proporcionan los demás, sino vampirizar y usar el talento de otros en provecho propio. Chupópteros. Y ya llevo tres desde que empezó el año.

Su aspiración parasitaria es exprimir al máximo al prójimo en defecto de inteligencia propia y, sobre todo, de esfuerzo. El primer nivel de aprendizaje de los sacacuartos es pedirte el número de teléfono para incorporarte a una trama de contactos de los que se sirven a discreción.

De los coleccionistas de tarjetas de visita hemos pasado a los acaparadores de móviles. Una vez que tienen el número de teléfono, y alcanzado ya el segundo nivel, los gorristas, que se aplican en la seducción y en la adulación, piden favores y utilizan tu nombre o el de otras personas para recabar favores. Utilizan ganchos, aunque el gancho pienso dárselo yo a alguno de ellos como vuelvan a utilizar mi nombre en su beneficio. Y por allí no paso.

Las sociedades se construyen a partir del trabajo y desde el esfuerzo, y no desde la gangrena del abuso de los contactos de un móvil. El paso siguiente es hacer suyo explícitamente el trabajo de los demás, sin rubor ni conciencia de mal, pues al fin y al cabo debe ser networking. Será que cuando alguien es idiota, si se lo dicen en inglés, es menos idiota.

Hay uno en particular que tiene los números de móvil de media España y es su tesoro más preciado. Le recomiendo que vea la película F.E.N. (1980), un prodigio donde tres exalumnos encierran a unos sacerdotes un verano en un colegio para vengarse de sus métodos rígidos de aprendizaje. En una escena, les hacen aprender de memoria un listín telefónico, con castigo en caso de fallo. Estoy por aplicar el mismo método a ver si alguno aprende, aunque creo que ni por esas.

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