MARÍA RAMOS. POLITÓLOGA
OPINIÓN

La torpeza del Comité Federal

María Ramos, politóloga.
María Ramos, politóloga.
JORGE PARÍS
María Ramos, politóloga.

En el Comité Federal del domingo se han escenificado las discrepancias entre los máximos dirigentes del PSOE. Discrepancias sobre qué votar en la investidura de Rajoy esta semana, pero también (no lo olvidemos) divisiones más de fondo sobre el papel de los militantes, los liderazgos dentro del partido y la forma de organización territorial del país. Al final se ha impuesto una opción de abstenerse en bloque a Rajoy. Una decisión que es torpe en las formas y el fondo, y que tras una falsa imagen de unidad en el grupo parlamentario no hace sino aumentar la ya débil situación del PSOE.

1. No refleja las preferencias de militantes ni votantes. 

La dimisión de los 17 miembros de la Ejecutiva que acabó desencadenando la caída de Pedro Sánchez ya fue vista por muchos como un golpe de timón orquestado “desde arriba” y en contra de las preferencias de la militancia. No se puede saber a ciencia cierta cuál es el equilibrio real de fuerzas dentro de la militancia (aunque podemos imaginárnoslo). Lo que sí sabemos es que la opción adoptada el domingo es de las menos apoyadas por los votantes del PSOE. En una encuesta del pasado mes los votantes socialistas seguían prefiriendo en mayor medida un gobierno transversal con Podemos y Ciudadanos (48%), mientras que la abstención al PP despertaba menos simpatías incluso que repetir elecciones. Lo sucedido en las últimas semanas refuerza más aún el divorcio entre los de arriba y los de abajo en el PSOE del que sólo se beneficia Podemos. Si el PSOE aspira a reconquistar a los votantes que ha ido perdiendo en los últimos años, ésta no es la mejor estrategia.

2. Se evitan terceras elecciones (pero sólo momentáneamente). 

El argumento oficial de los defensores de la abstención es desbloquear la situación política y evitar unas terceras elecciones que previsiblemente perjudicarían más al PSOE. Insisten en que no es un apoyo al PP, y que en el Parlamento se verán frente al Gobierno para negociar políticas concretas. Es cierto que es el Congreso donde se aprueban las políticas, pero con el equilibrio actual de fuerzas la capacidad real del Parlamento de legislar contra el Ejecutivo es muy limitada. Se evitan terceras elecciones ahora, pero una legislatura inestable podría abocar a nuevos comicios de manera anticipada.

3. Se fuerza una posición común artificial que no es coherente con lo defendido en la campaña electoral .

Con todo, el gran error del Comité Federal es imponer que los 85 diputados del PSOE en voten en bloque la abstención apelando a las virtudes de la disciplina de partido. No hay duda de que la disciplina y la unidad de acción es muy positiva para los partidos, pero sólo les da fuerza cuando los votantes tienen una posición clara y mayoritaria al respecto, como sucede por ejemplo en el PP con el aborto. Este claramente no es el caso porque los votantes del PSOE están tan divididos o más que sus líderes.

Forzar la abstención a todo el grupo parlamentario y escenificar cómo sólo algunos diputados se saltan la disciplina al votar “no” sólo responde a intereses dentro de la organización. Mucho más inteligente habría sido que el Comité Federal diera libertad de voto en el Congreso. Sabemos que con la abstención de sólo 11 diputados socialistas bastaría para hacer Presidente a Rajoy. Y es evidente que en el grupo parlamentario socialista hay más de 11 diputados que preferirían esa opción. Que el resto vote “no” a Rajoy no es una cuestión personal, sino una cuestión de coherencia con el mandato de votantes. El PSOE hizo una campaña electoral asegurando que no harían presidente a Rajoy. Ese es el mandato que han recibido los diputados de sus votantes, y ese es el argumento más fuerte que pueden hacer valer los 74 diputados restantes para votar “no”.

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