LUÍS PARDO. PERIODISTA
OPINIÓN

Carta al niño que vive en pobreza severa

Luís Pardo
Luís Pardo
20 minutos
Luís Pardo

Hola, chaval:

Sí, tú. Sé que estás leyendo esto solo porque es gratis y en algo hay que matar el tiempo. Preferías un cómic, claro, pero ¿cuánto hace que no te compran uno? Por lo menos, desde que vendisteis el coche. Papá lo usaba para currar, pero cuando lo echaron se convirtió en otra carga. Ahora, en tu casa, como en tantas otras, nadie trabaja. Esto ya pasa en casi 12 hogares de cada 100 y el número no deja de crecer desde 2008. Sí, desde 2008, cuando empezó la crisis. Tú eras muy pequeño y no lo recuerdas, pero antes las cosas eran muy distintas.

Antes todo iba bien: jugábamos en la Champions League de la economía (éramos como Messi, pero en los negocios); no había burbuja inmobiliaria y, por eso, todo el dinero que tus padres siguen pagando de hipoteca -cuatro de cada diez euros que entran en tu casa- está más que justificado: era lo que valía ese pisito donde hoy ni podéis encender la estufa. Lo dijo el banco y, entonces, nuestros bancos eran absolutamente fiables. Todos éramos ricos o íbamos a serlo muy pronto.

Cuando llegó la crisis y se llevó -o casi- eso que llamaban clase media (obreros que habían olvidado que lo eran), las diferencias crecieron hasta hacerse enormes. Alguien tenía que pagar el pato y os volvió a tocar. A ti. A vosotros, que no vivíais por encima de vuestras posibilidades porque parecía imposible que eso fuese vivir.

En este tiempo, ni diez años (los que tendrás tú, ¿no? Ah, que son 12. Vaya, pareces más pequeño…), la renta de los niños ‘con más recursos’ se ha reducido cinco veces menos que la vuestra. Son porcentajes. Si tenemos que hablar en cifras totales, seguro que los nietos de Amancio Ortega han perdido más que tú. ¿Te hace gracia? Vale, a mí también. Pero poca.

"Escrementi e famiglie potenti non affondano mai". Ya lo dicen los italianos: algunos siempre salen a flote. Tú, seguramente no. El 80% de los niños pobres seréis adultos pobres. Asúmelo. Aunque estudies, si puedes permitírtelo, para ti no habrá un enchufe en una Diputación, ni un máster que te abra las puertas de una empresa, ni un puesto en el bufete del compañero de pádel, ni una oportunidad de empezar como jardinero y acabar de consejero en una eléctrica tras haber sido concejal, diputado y hasta jefe supremo de la Guardia Civil. Para eso importan otras cosas, no la preparación. Hasta en eso te siguen engañando.

En fin, querría despedirme dándote ánimo, pero no se me ocurre nada dentro de la legalidad.

Que tengas suerte, mucha

Luís Pardo

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