En su conjunto, el año 2016 ha sido un buen año para el empleo: se han generado 413.000 nuevos puestos de trabajo, lo cual es siempre una buena noticia. Medido en términos de parados, las cifras son aún mejores: la tasa de desempleo baja del 19%, una cifra que no veíamos desde el año 2009. Hasta aquí las buenas noticias.

Pese al crecimiento económico, que ha mantenido durante 2016 una tasa muy similar a la de 2015 y muy superior a la de 2014, el crecimiento del empleo en 2016 ha sido menor que en los años anteriores. Es decir, que nuestro crecimiento económico no está traduciéndose en creación de puestos de trabajo al mismo ritmo.

Hablemos ahora de la calidad del mismo: el empleo asalariado indefinido ha crecido durante 2016 en 169.000 personas, por debajo del empleo temporal, que se ha incrementado hasta los 226.000 puestos de trabajo. Los trabajadores a tiempo parcial se mantienen prácticamente en los mismos niveles que en los últimos trimestres de 2014 y 2015, esto es, más de 300.000 más que al inicio de la crisis. La tasa de actividad se ha reducido, alejándonos de esta manera de los objetivos de alcanzar una tasa de actividad del 74% en 2020.

¿Qué pasará en 2017, para cuando la previsión de crecimiento es de un 2,5% frente al 3,3% de 2016? Si el crecimiento se ralentiza y no adoptamos medidas, se creará menos empleo y de menos calidad. Tomemos nota.