ISRA ÁLVAREZ. PERIODISTA
OPINIÓN

Pokémons que nunca atraparás

Isra Álvarez, periodista de 20minutos.
Isra Álvarez, periodista de 20minutos.
JORGE PARÍS
Isra Álvarez, periodista de 20minutos.

Este verano he tenido que salir de la ciudad. Me quedé dormido y al despertar iba maniatado en un coche que se dirigía a un pequeño pueblo perdido en las montañas. Una vez allí quise escapar, pero dándome miedo cualquier acumulación de foresta que supere dos arbustos y un alcorque, no me atreví a abandonar el conjunto de casas, por más que su aspecto pétreo, sin aceros ni cristales, me incomodara. Una vez asumí mi cautiverio canicular, decidí aprovechar el tiempo y saqué mi móvil, convenientemente provisto de ese regalo del dios Nintendo que es Pokémon Go. Para mi grata sorpresa, había muchísimos pokémons por allí. Pero, quizá por la incívica y poco avanzada conexión a internet, no podía atraparlos. Les lanzaba mi pokeball más potente y ellos escapan riéndose de mí. Un lugareño me dijo que esa especie de pokémon se llaman pájaros. Después dijo algo de que ya tenían tonto en el pueblo, pero no estoy seguro de saber a qué se refería. No, no había pokémons. Incluso intenté atrapar uno que resultó ser un gato. Ahora tengo unas preciosas y finísimas cicatrices en el brazo.

La forzada inactividad con este juego de realidad aumentada (la realidad aumentada la inventó Yola Berrocal con sus implantes mamarios) me llevó a pensar sobre el invento en cuestión. ¿Acaso no hay algo perverso en una ocupación que consiste en atrapar a animales que pacen tranquilos por doquier y meterlos en una bola? (Comprimidos además como Rita Barberá en el baño de un avión). Y ¿no es cruel hacerles pelear contra otros bichos inocentes? El pokémon que pierde acaba hecho un Cristo. ¿Por qué no combaten los entrenadores? Si se tuvieran que llevarse las 'guantás' ellos, lo mismo no iban tanto a los gimnasios a buscar trifulca. Pero ¿qué cabe esperar de personas que hacen que sus mascotas muten hasta convertirse en seres vigoréxicos con ansias asesinas? Es como inflar a tu hijo a anabolizantes con la esperanza de que crezca más rápido que el hijo del vecino, para que después pueda dejarle la cara como cuarto y mitad de carne picada al otro peleando en el patio del colegio.

Y al parecer ésta aplicación a la que ya no profeso la devoción de antes (aquí la sensación es el SacarPatatasDelBancal Go) ha producido diversos accidentes. Bueno, de eso no culparé a Pokémon Go, porque quien se accidenta o interna en una base militar por un videojuego habría sufrido el mismo destino hasta cuidando de un tamagochi apagado. Ahora he montado una pokeparada al lado del pilón de la plaza, para que vayan llegando pobres pokeadictos como moscas a una hez y les pueda llevar de nuevo a la realidad sin aumentar.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento