El otro día le monté un pollo al cura de mi parroquia. Estábamos en misa y comenzó a echar el sermón cuando dijo "...y Judas traicionó a Jesús". ¿Pero qué mierdas?, pensé. Y siguió "...al morir Jesús...". Casi le tiro un rosario. Hice la mili, sé disparar, le habría acertado en la cabeza. Y al final, cuando dijo "...y resucitó al tercer día...", ya no pude más. Me levanté y me puse a gritarle que dejara de hacerme spoilers, que me había reventado el final de la Biblia, que era un trol y que le iba a denunciar por quebrantar los derechos de autor. Ahora estoy excomulgado, pero el páter ya sólo hace los sermones leyendo etiquetas de botes de champú. Condenar mi alma al infierno ha valido la pena.

Sí, sé que esta escena resulta absurda, pero algo parecido se da a diario en el mundo en que vivimos. Y quien dice mundo dice Internet, que es el mundo. ¿Es toda información sobre una obra un destripe de la misma? No, amigos. Hay gente que si le cuentas cómo son las tapas de un manual de instrucciones sueco de 1958 es capaz de acabar con tu vida agarrándote la lengua y tirando de ella hasta que te saque el corazón. Luego está el desgraciado que dos minutos después de que echen un episodio nuevo episodio de Juego de Tronos te hace una descripción detallada de la trama. Ambos merecen saber cómo funciona por dentro un gulag. Como en casi todo, existe el término medio. Todo el mundo sabe cómo acaba El Quijote y... perdón, perdón, mal ejemplo. Es todo una cuestión de tiempos y de prudencia. De que una obra universal o archiconocida no puede permanecer siempre con la trama inédita y de que si te apetece intercambiar opiniones sobre algo novedoso, basta con preguntar primero al interlocutor si le importa. También hay un factor de temática. Si la vida de uno dependiera de no enterarse de qué pasó en la final de la Champions al día siguiente de haberse jugado, podría ir encargando nicho, caja y coronas.

Esta no es una problemática de ahora. Lo de destripar finales es un tema  endémico en esta sociedad y debería ser erradicado. Antes de acabar la EGB a mí ya me habían reventado lo qué pasó con los dinosaurios, con la Armada Invencible, con los Austrias y hasta cómo acaba la tabla del seis. Hasta que no erradiquemos de las aulas ese tipo de spoilers no conseguiremos concienciar a la ciudadanía de que son malos. Los niños son el futuro, pero ¿qué futuro? Se lo diría, pero sería un spoiler. Por otra parte, hay pistas sobre lo que ocurrirá al final que se agradecen, como cuando tu madre te dice que no metas los dedos en el enchufe, que da calambre. Ahí sí. Gracias mamá.

En cualquier caso, no hay que enfadarse. ¿Por qué todo el mundo se enfada? Si un colega te fastidia House of Cards tú estás sin dormir seis días para acabarte antes que él la novela que está leyendo y se la jodes. Y tan amigos...