Para algunos este jueves se acabará el mundo. Barcelona se colapsará, no llegaremos al trabajo, ni al colegio, ni podremos acudir a esa cita tan importante que teníamos programada... y es que hoy nos extirpan una de las prolongaciones de nuestro cuerpo: el coche. Y no tengo claro que lo superemos. No sé si seremos capaces de bajar las escaleras del metro,de saber qué autobús tenemos más cerca, o todavía peor, de salir un poco antes de casa y caminar.

Y es que hoy en Barcelona vivimos el Día sin Coches: se cortarán 54 calles, dos vías principales como la Via Laietana y Gran de Gràcia, y el resto serán pequeños tramos. En total serán solamente unos seis kilómetros los que quedarán 'libres' de coches en algunos tramos pero, el debate que ha abierto el gobierno de Colau al pasar el Día sin Coches de un sábado a un día laborable es quizás más importante que la medida en sí misma que, dicho sea de paso, no está claro que logre cumplir con el objetivo de concienciarnos a todos de la importancia de reducir el uso del coche en las ciudades. Que la regulación del uso del vehículo privado es una buena medida para mejorar la calidad de vida en las ciudades lo sabemos y un buen ejemplo lo tenemos en Londres. El debate llega a Barcelona y hoy nos han puesto un examen. ¿Aprobaremos?