IRENE LOZANO. ESCRITORA Y DIRECTORA DE THE THINKING CAMPUS
OPINIÓN

Si yo fuera el Cristo de la Amargura

Periodista, escritora y política.
Periodista, escritora y política.
JORGE PARÍS
Periodista, escritora y política.

El Cristo de la Amargura debe de estar más amargado que nunca. Un chico de 24 años ha sido condenado por subir a la red social Instagram un fotomontaje de este Cristo, popularmente conocido en Jaén como 'el Despojado'. El joven manipuló la imagen para sustituir el rostro de Jesús por el suyo propio, incluido el piercing de su nariz. Por hacerlo, lo han condenado a 480 euros de multa. Me sabe mal que el juez no haya valorado la fidelidad del chaval a las palabras de Mateo –"por sus obras los conoceréis"-, pues la fotografía se ha publicado en todos los medios, si bien del autor solo sabemos que responde a las siglas C. D. C.

El caso no ha sido 'INRI contra C. D. C.' porque Jesucristo no reclamó, lo hicieron sus followers. Si la religión se sostuvo durante siglos entre el miedo y la esperanza, hoy los locos de Dios –de varios dioses monoteístas– solo confían en que sentencias como esta acaben generando autocensura, uno de los nombres del miedo. Al no disponer de medios propios para perseguir la burla –qué tiempos gloriosos los de la Inquisición–, han de confiar en los tribunales y las leyes: demasiado humano para no resultar grotesco.

Si yo fuera el Cristo de la Amargura, dudo mucho que me ofendiera esa imagen, pero en el supuesto de que haya llegado a hacerlo, ¿qué clase de Dios –sin haberse equivocado nunca– buscaría resarcimiento en una institución falible como la justicia? ¿Cómo aceptar que un juez mortal, con sus papeles timbrados y sus medios precarios, pueda restaurar el honor de Dios mientras mastica su bocadillo de media mañana? Si realmente existe un dios todopoderoso y eterno, que no viaja, ¿necesita un juzgado de Jaén para defenderse? O estos cofrades no creen en el dios que dicen o tienen ganas de fastidiar. Por otro lado, si no es Jesús el ofendido, sino la fe de los hermanos, ¿cómo se justifica que sus creencias tengan una protección superior a otras? ¿Por qué el Código Penal no protege de la burla mis sentimientos amorosos hacia mi amado, que tiene carné de identidad? ¿Por qué no las ideas políticas? ¿Por qué el dogma católico es más legítimo que, un poner, el dogma marxista? ¿Acaso pueden los creyentes de Puigdemont, que los tiene a miles, reclamar judicialmente que cese la burla mundial a su mesías?

Si censuráramos eso, censuraríamos todo, como parece estar de moda. La Manchester Art Gallery ha decidido retirar el cuadro Hilas y las ninfas (resumiendo: mujeres guapas admirando a un hombre bellísimo). Lo han justificado por su voluntad de fomentar la discusión sobre el papel de la mujer en el arte. Su explicación resume nuestra época: para debatir no se ponen argumentos sobre la mesa, se retiran o se multan. Y todavía hay quien se sorprende del auge del insulto.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento