ANDRÉS ABERASTURI. PERIODISTA
OPINIÓN

¡Paren un poco!

Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.
Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.
JORGE PARÍS
Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.

Entre exclamaciones, Arsenio Escolar animaba en un reciente Fogonazo a los habitantes de Ferraz: "El PSOE por fin se mueve. ¡No paren, oigan!". Y no sé yo, querido director, no estoy muy seguro de que en ese tablero de ajedrez en el que se ha convertido el PSOE, lo mejor sea mover fichas en busca de jaque apresurado o esperar a que el tiempo –sabio– recoloque cada figura en su paisaje. Me viene a la memoria el poema de Alberti sobre aquella paloma equivocada que "por ir al norte fue al sur, creyó que el trigo era agua".

Lo del norte y el sur nos viene al pelo porque entre las muchas dudas que hoy planean sobre el PSOE, una, y no pequeña, es si Susana Díaz, la gran gestora ("femenino de gestor", que apuntaba Escolar), lo es también del partido más acá de Despeñaperros o su liderazgo es más local que nacional. A cambio –y ya metidos en poetas–, no solo "el sur también existe", sino que vale en todo lo estatal su peso en oro.

Lo de confundir el trigo con el agua resulta más complicado de explicar, pero serviría la confusión de tres estamentos que los candidatos no terminan de diferenciar y que son fundamentales: los barones, los militantes y los votantes. Cada una de estas fuerzas coincidían hasta tiempos recientes en la política y los nombres; ya no. Y la escenificación de esa fractura se vio trágicamente reflejada en la noche de autos cuando parte de las bases del partido acusaban de golpista y traidor al mismísimo Felipe González entre otros. Y los barones, unos por aquí y otros por allá. Y los votantes sin saber a dónde mirar, a cualquier sitio menos al futuro.

¿Algo ha cambiado? Parece que no. La gestora (hablo ahora de la Comisión) se mueve entre el trigo y el agua, entre el norte y el sur, y ese hombre de concordia que quiere ser –y es– Javier Fernández intenta salvar los muebles y evitar en lo posible nuevas réplicas del gran terremoto que, se quiera o no, lleva camino de repetirse porque el choque se puede aplazar días, semanas, meses, pero por desgracia, parece, hoy por hoy, inevitable.

Porque, vamos a poner las cartas sobre la mesa: aquí solo hay un problema de muy difícil solución y algunos flecos colaterales. La aparición de Podemos ha partido en dos al PSOE: los que quieren radicalizarlo por la izquierda con Pablo Iglesias –con el peligro cierto de ser devorados por él– y los que buscan mantener una socialdemocracia basada fundamentalmente en las clases medias. Luego queda el problema del PSC y sucedáneos más fáciles de encajar. Pero la cosa está clara: a unos les sienta fatal que les recuerden la cal viva y a otros parece que les gusta que Pablo Iglesias esté "en la tribuna del Parlamento cagándose en sus muertos".

Yo por ahora, tal y cómo están las cosas, por el bien del PSOE y de España, pediría lo contrario que el director: ¡paren un poco, oigan!, hasta tener un líder. Hasta saber qué pasa.

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