Si un cataclismo no lo impide, en unos días, el 30 de noviembre, se pondrá en marcha Madrid Central, un proyecto que ha resultado ser la bicha para muchos por el hecho, reconozcámoslo, de que lo ha puesto en práctica un gobierno municipal que no es el suyo.

Como residente del centro de Madrid no veo el momento en que esa medida entre en vigor, porque para la mayoría de los vecinos del centro, si es que no somos unos inconscientes, va a suponer una notable mejora de la calidad de vida, del aire que respiramos y de los ruidos que soportamos provocados por el intenso tráfico que a diario nos machaca. Y me da igual qué partido político lo haya puesto en marcha, porque pienso primero en lo que va a aliviarnos a todos. Así que sí, yo quiero Madrid Central ya.

De lo que se trata es de reducir el tráfico privado y de dar mayor fluidez a los que tienen que entrar, de mejorar el aire que respiramos, de favorecer a los peatones, a los residentes, a los que vienen de paseo o de compras y de hacer una ciudad más confortable, así que no se entiende por qué ese ánimo antitodo cuando hay otras zonas del centro que ya cuentan con medidas similares, el barrio de las Letras por decir alguno, y todo, incluidos los comercios y los bares, funciona sin problemas.

Las experiencias puestas en marcha en otras ciudades, y yo he cubierto algunas como periodista, demuestran que el centro de esas poblaciones ha ganado en calidad de vida, que los vecinos tienen espacios para moverse y que los comerciantes —al contrario de lo que dicen en los primeros momentos— han ganado mucho con el cambio, porque el tráfico ha disminuido o desaparecido, los viandantes tienen mayor facilidad para entrar en sus tiendas y la zona se ha hecho más amable.

Ahora no querrían volver atrás ni locos. Ya ni se acuerdan de las protestas que protagonizaron porque sus ventas iban a bajar, perderían sus negocios y el centro se convertiría poco menos que en un erial.

Ciudades como Pontevedra o Valladolid han llevado a cabo medidas similares y han sido gobiernos municipales del Partido Popular sus autores, así que sus correligionarios en el Ayuntamiento o en la Comunidad de Madrid deberían tenerlo en cuenta. ¿También se han olvidado de que en 2006 el entonces gobierno municipal del PP anunció que iba a restringir el tráfico de vehículos contaminantes en el centro en 2010?

La Unión Europea califica de insalubre el aire que respiran 15 millones de españoles y asegura que más de la mitad la superficie de España sufre niveles de contaminación por encima de los límites considerados seguros. ¿De verdad que vamos a seguir tirándonos los trastos porque han sido otros los que han puesto en marcha un Madrid más saludable?