ELÍAS ISRAEL
OPINIÓN

Carta a Andrés Iniesta, antes de su última final con el Barça

Elías Israel.
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Elías Israel.

Querido Andrés,

Tuve la ocasión de compartir un viaje con Iker Casillas por Venezuela y hacer una ponencia de 45 minutos para intentar explicar el éxito del fútbol español. Lo resumí en dos vídeos: el de tu amigo Iker, pidiendo respeto al árbitro para Italia, que perdía 4-0,  para que pitase el final del partido en la final de la Eurocopa de 2012 y agotase el sufrimiento de la 'azzurra'; el otro vídeo lo protagonizabas tú, marcando un gol idéntico al de la final del Mundial de Sudáfrica que todos tenemos en la cabeza, cuando tenías apenas 11 añitos en un torneo de alevines en Brunete. Ya  escuchabas el silencio entonces, con pelo y cara de niño.

No puedo negar que, cuando empezamos a vislumbrar el principio de tu adíós,  se conjuga una sensación de vacío con un agradecimiento profundo. Por tu manera de entender el fútbol, de interpretarlo, porque no hace falta ser del Barça para comprender que tú eres un bailarín con botas, un cerebro privilegiado que maneja el tiempo y el espacio como pocos lo han hecho en la historia de tu deporte. Tu Balón de Oro no está en una vitrina, pero sí en el corazón de los miles de aficionados  que nos hemos dejado seducir y enamorar por tu imaginación, por tu talento, por tu pequeña grandeza. Todo lo bueno que le ha pasado al Barça y a la Selección en la última década tiene que ver contigo.

No has necesitado ni tatuajes ni peinados especiales para que tu fútbol destacase. No es que seas de otro tiempo, es que eres de siempre. No sabes cuánto bien le ha hecho al fútbol tu humildad, tu sensatez y tu manera de ser. Lo saben en China y en la conchinchina.

Mañana unos querrán mostrar el amarillo, otros el rojo, unos nos erizarán la piel con el himno de El Arrebato, otros irrespetuosos pitarán el himno del país al que tan bien has defendido, unos cantarán los goles azulgranas o los blancos del Sevilla, si es que llegan, pero todos, al unísono, aplaudiremos en pie tu salida del campo. Andrés, tú eres la unanimidad. Ojalá me den la oportunidad desde esta tribuna de poder enviarte otra carta para la final del Mundial. Sé que es mucho pedir, pero este país necesita mucho que vuelvas a escuchar el silencio.

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