FIB, Arenal Sound, DCODE, Low Festival, BBK... En verano tocamos a un festival de música por cada diez habitantes. Ser festivalero está de moda, aunque el plan antes era más indie. Ahora se ha colado un montón de público mainstream que se declara indie, pero los indies originales dicen que esos son fakeindies. Para rizar más el rizo, indies y fakeindies se han apropiado del mainstream, que el disco de Justin Bieber mola. Entonces, ¿qué leches es el indie?

Se supone que la música diferente que surge al margen del mercado, sin sus convenciones, se ha llenado de canciones con letras como las de Los 40 sobre guitarras que tocan mi-re-do en lugar de do-re-mi (respetaba mucho más la honestidad de El Canto del Loco). También parece que el indie es para los modernos, los de izquierdas, pero Andrea Levy se pasea por el FIB y farda en redes de lo que le gustan Dorian y La Habitación Roja. Entre los creadores, Russian Red se encargó de romper el estereotipo cuando se le escapó que se sentía más de derechas. La realidad es que el indie no es de izquierdas ni de derechas. Es pijo.

Los festivales salen carísimos, que te dejas la pasta en la entrada y sumas el doble con la bebida. Algunos tienen su propia moneda, token, una trampa mortal con la que parece que juegas al Monopoly de minis. Pero ir de festivales aporta una especie de estatus cultural, uno que otorga derecho a mirar por encima del hombro a los que van al Rock in Rio. Lo digo porque yo lo he hecho.

Esos otros festivaleros menos molones no tienen que pasarse meses quemando listas de reproducción para evitar que les pillen en un viral hablando de grupos que no existen, ni preocuparse por conseguir camisetas con sus discos favoritos de los 90 (todos teníamos el de Emilio Aragón). Además, los conciertos en los festivales están llenos de gente que habla, grita y baila poco, que cómo narices se baila el indie... Entonces, ¿por qué triunfan?

Los festivales son experiencias, como las que nos venden en cajas ahora que lo tenemos todo. ¿Nos están saturando? Sí, y nosotros intentando que nos guste todo lo que llevan para tratar de construir nuestra identidad indie diferente. La mía ya está completa que, en la última década, he ido a unos cuantos festivales. Mientras escribo esto, sólo recuerdo los conciertos de Morrissey, Pulp y Los Planetas, pero el resto de grupos me flipaban, que dejé constancia de que estuve viéndolos en Facebook...

¿No podemos hacer como los del mainstream y reconocer que la mayoría vamos a festivales simplemente a pasarlo bien? Si no hace falta acumular pulseras en el brazo para ser diferente... No dejes que te digan dónde tienes que estar para conseguirlo. Empieza por no hacerme caso a mí.