ANDRÉS ABERASTURI. PERIODISTA
OPINIÓN

Que no se haga de noche

Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.
Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.
JORGE PARÍS
Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.

Imagino que los partidos ni se han planteado la necesidad cada vez más urgente de no escenificar otra cosa que no sea la realidad desde el primer día. Parece que una especie de ley sobrenatural les obliga a mantener una postura determinada desde el principio para luego 'in extremis' ceder algo en sus pretensiones. Esto viene siendo así desde siempre en cualquier negociación y en el caso de las huelgas, por ejemplo, parece que llegar al acuerdo a las tantas de la madrugada produce una cierta sensación de titánica lucha y noche en vela muy del gusto de los protagonistas. El arte del regateo y/o la negociación es romántico y genera hermosas leyendas que pueden ser fantásticas para comprar unas babuchas, pero cuando lo que está en juego es el presente y el futuro de un país, cuando ya se ha jugado a ese juego y no ha salido bien la primera vez, la razón parece que repetirlo es una temeridad.

En definitiva y por resumir, señores políticos, pongan las cartas sobre la mesa y déjense de gestos para la galería. Diga cada uno lo que está dispuesto a hacer y ceder desde el principio sin esperar a que se haga de noche y nos irá mejor a todos. Es urgente poner en marcha la maquinaria de la gobernabilidad y tomar decisiones. Dilatar el proceso sólo conduce a un mayor cabreo de la inmensa mayoría y la posibilidad de empecinarse tanto que luego se haga mucho más difícil dar marcha atrás y ya me veo sacando las urnas otra vez para vergüenza de todos.

El PNV sabe que no se puede cambiar la política penitenciaria de la noche a la mañana y hace bien en presentar esta iniciativa junto a la exigencia de la disolución de ETA y entrega de las armas. Pero estas cosas son lentas y no pueden condicionar el sí o el no para una investidura urgente.

Ciudadanos sabe -o debería saber- que una cosa es el PNV y su nunca negada aspiración a la independencia y otra el disparate que puso en marcha Mas y ese invento de la 'desconexión'.

Pero, sobre todo, el PSOE sabe que derogar de golpe la reforma laboral es sencillamente imposible, primero porque esa reforma tiene muchas raíces y hay que tener una alternativa válida y segundo porque no tiene más que descolgar el teléfono y hablar con Tsipras para ver cómo le ha ido o, sin ir más lejos, preguntar al compañero socialista Hollande qué diablos está haciendo con sus sucesivos recortes. Naturalmente que Rajoy puede -y seguramente debe- comprometerse a revisar muchas cosas porque no todo ha sido positiva en esa política de ajustes drásticos. La pregunta es si para evitar el espectáculo desolador de unas terceras elecciones vamos a estar con el agua al cuello hasta el último momento o van a ser capaces todos de un ejercicio de coherencia. Y si no, que lo digan ya y votamos -votan- otra vez.

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