Imagine levantarse una mañana y, nadie sabe a causa de qué designio divino o picadura de no sé qué insecto, que posee usted el poder de reinventar la sociedad española para que sea tal y como desee. Con un solo –todopoderoso– guiño, puede barrer la desigualdad, crear riqueza económica, eliminar la criminalidad o hacer de España un paraíso medioambiental. Posiblemente se le ocurran un sinfín de virtudes que incluir en esa sociedad ideal, pero –aquí viene la letra pequeña– solo tendría la capacidad de dictar cuatro cualidades. Consecuentemente, ha de hacerse una pregunta: en una sociedad modelo, ¿qué es lo prioritario?

Según el estudio sociológico Ulises, lo prioritario es poder conciliar la vida laboral con el tiempo familiar y de ocio. Sorprendentemente, pese a la limitación de seleccionar únicamente cuatro elementos, casi la mitad de los ciudadanos (49%) ha incluido en su 'kit de sociedad ideal' la conciliación, que queda por delante de la libertad para vivir como uno desee (41%), la baja criminalidad (41%) o incluso la riqueza económica (23%).

¿Cómo explicar esta clasificación? ¿Nos importa más conciliar que ser libres? Mi interpretación es que estamos ante una reivindicación, ante un claro llamamiento a construir una sociedad donde exista un mayor equilibro entre el tiempo que se invierte en el trabajo y fuera de él. Y es que Ulises también revela que más de 6 de cada 10 ciudadanos perciben que vivimos en una sociedad acelerada, en la que las personas rara vez tienen tiempo para hacer cosas con las que disfrutan realmente.

Si la ciudadanía en general cree que la conciliación es algo fundamental en una sociedad modelo, para la mayoría de las mujeres es indispensable: se decanta por este atributo un 54% de las entrevistadas, 12 puntos porcentuales más que los hombres. Síntoma, sin duda, de que ellas asumen en mayor medida el cuidado de hijos y personas dependientes, así como las tareas del hogar.

Pese a los imparables avances científicos, los españoles no tenemos fe en que la tecnología nos saque de esta: Ulises registra que solo un 20% cree que en el futuro tendremos más tiempo libre gracias a que las máquinas aligeren el trabajo y las tareas domésticas. Así que, a menos que sigamos impulsando un cambio en la mentalidad española, mientras en algunos lugares de Suecia ya están experimentando con la jornada laboral de 6 horas –sumado a las múltiples políticas de conciliación de las que ya se gozaba en el país escandinavo–, aquí seguiremos mascullando «¡conciliación, por favor!».