Fernando Alonso acabó 7° en una carrera en la que ni él mismo pensaba que iba a acabar. Que me aspen si alguien preveía que iba a finalizar, ya no entre los puntos sino al menos entre los clasificados, visto lo ocurrido en la primera vuelta. Cuatro carreras, cuatro veces en los puntos. Lo nunca visto desde que volvió a McLaren. Estaba tan orgulloso de lo hecho que, otra vez, tiró del discurso "ha sido la mejor carrera de su vida".

Para gustos, los colores, pero yo he visto a Fernando Alonso hacer cosas en un circuito que no he visto en Azerbaiyán. Puede haber sido una de las más difíciles, una de las que menos esperaba acabar entre los puntos, o una de las que más se ha divertido. Pero la mejor de su vida, ni mucho menos. La primera que me viene a la cabeza es la mítica pelea de Fernando Alonso y Michael Schumacher en Imola 2005, por citar una que está en la retina de casi todos.

Quizá Alonso se ha acostumbrado a usar este tipo de argumentos o discursos porque sabe que escupió hacia arriba a la hora de prometer resultados grandes esta misma temporada. Mientras su aparato mediático insiste en hablar del concepto 'mejoras', bien en motor, bien en aerodinámica, lo cierto es que McLaren no está para esos prometidos podios. El nivel que tiene el equipo es para pelear por los puntos: los cajones sólo llegarán en alguna carrera con fortuna, como le ocurrió a Sergio Pérez en Azerbaiyán con su inesperado Force India en tercera posición.

Lo cierto es que, probablemente, la mejor carrera de Alonso está por llegar. Nada más salir de Azerbaiyán, el asturiano se pondrá el mono de Toyota para debutar en el Mundial de Resistencia, un campeonato que culminará en la cita de Le Mans del mes de junio. Ahí sí es donde Alonso tiene que hacer la mejor carrera de su vida, y probablemente lo haga, para levantar a las masas de nuevo. Porque lo que es con McLaren, ahora mismo, no está para llegar mucho más lejos de lo logrado en las carreras disputadas hasta el momento en este incierto 2018. Un séptimo puesto en un circuito en el que empezó a dos ruedas es para darse con un canto en los dientes. Este es el nivel.