ANA FERNÁNDEZ. EXPERTA EN DISTRIBUCIÓN DE NIELSEN
OPINIÓN

Alimentación: hacia la era de la ultraconveniencia

Ana Fernández, experta en distribución de Nielsen
Ana Fernández, experta en distribución de Nielsen
CEDIDA POR NIELSEN
Ana Fernández, experta en distribución de Nielsen

El aquí y el ahora. La entrega de un producto en tiempo real en cualquier parte nos podía sonar a ciencia ficción hasta hace no mucho, pero ya no es el caso. A partir del móvil y gracias a la geolocalización, aquello de esperar por algo que quieres puede tener los días contados.

Es una tendencia que está empezando a irrumpir actualmente y esperamos que en unos pocos años pase a ser un engranaje más del consumo. De hecho, siete de cada diez consumidores demandarán algo que será todo un reto para el mercado, el "lo compro, lo tengo".

No es de ningún modo un tiro al aire. Las tendencias venideras no son otra cosa que el resultado del perfil del comprador actual y para él la conveniencia hoy en día es un “must” en su vida. Sí, desde la óptica del consumo nos hemos vuelto un tanto comodones. El establecimiento será la madre que nos cocine.

Precisamente, el segmento de los platos preparados creció el año pasado casi el doble que el conjunto del gran consumo, incluido algunos productos como el sushi, cuya moda ha pasado de la mesa del restaurante a la mesa de la cocina y sus ventas se incrementaron en dobles dígitos.

El listo para comer tiene otra arista, que son los puntos de comida preparada, aquellos que podemos encontrar en cada vez más establecimientos. Una "madre" que nos cocina y a quien preguntaremos ¿qué hay hoy de comer? Paella, pollo, carne, pescado, verduras, etc. La oferta es cada vez más amplia. Nos podemos llevar a casa la comida ya hecha junto con la compra con la que llenaremos la nevera.

¿Guisar? ¿o comprar mientras nos guisan? ¿o hacer la compra e incluir productos ya guisados? El consumidor tiene poco tiempo y el que tiene lo quiere aprovechar al máximo. No pensemos que la conveniencia va a convertir la compra en un acto exprés, más bien lo contrario.

En realidad, avanzamos hacia una compra experiencial, la tienda física será un espacio de experiencias, donde tendrán especial importancia la atención personalizada y la prescripción, tanto humana como tecnológica. Y es que la tecnología hará realidad la hiper-personalización y llevará a una nueva dimensión esa compra más emocional y menos racional.

Eso sí, que nadie se espere una tienda llena de pantallas. Todo será mucho más sutil, nada intrusivo y sin fricción con el consumidor siempre a través del móvil, desde donde recibirá promociones personalizadas e información del producto, decidiendo si quiere llevárselo a casa o que se lo envíen. La conveniencia tiene muchas caras y un alma tecnológica. Y esto sólo acaba de empezar.

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