Joan Ferran Historiador y articulista
OPINIÓN

Videncia y deontología

Pepita Vilallonga en uno de sus vídeos de Youtube.
Pepita Vilallonga en uno de sus vídeos de Youtube.
PEPITA VILALLONGA
Pepita Vilallonga en uno de sus vídeos de Youtube.

La popular vidente televisiva Pepita Vilallonga, y dos de sus colaboradores, viven pendientes de una resolución judicial. Se les acusa de haber estafado, mediante engaños y manipulación psicológica, a una anciana, una suma considerable de dinero. La abogada de la denunciante solicita penas de ocho años de cárcel para los titulares del Gabinete de Futurología regentado por Vilallonga. 

La Fiscalía, en cambio, aduce que no aprecia delito en la causa dado que la mujer requirió voluntariamente los servicios de la tarotista. El elenco de personas famosas dedicadas en España a husmear en lo oculto, o a predecir el futuro, es numeroso y variopinto. 

Al igual que en otras muchas actividades profesionales, conviene 
exigir a pitonisos, sibilas y tarotistas la observancia de un determinado código deontológico y un comportamiento ético

Esperanza Gracia, por ejemplo, es una de las astrólogas en activo más conocida de las redes sociales. Aramis Fuster y Rappel, en cambio, prefieren prodigarse en programas de entretenimiento de radio y televisión. 

Sandro Rey, al igual que Pepita Vilallonga, se dio a conocer en la pequeña pantalla y en el reality televisivo Gran Hermano VIP. Proliferan como negocio las tiendas, páginas web y consultorios telefónicos esotéricos. Nada que objetar al respecto. 

Sobre temas ‘espirituales’ cada cual tiene su fe y sus prevenciones. Pero, al igual que en otras muchas actividades profesionales, conviene exigir a pitonisos, sibilas y tarotistas la observancia de un determinado código deontológico y un comportamiento ético. Para otra ocasión dejaremos el interesante vinculo que Carl Gustav Jung estableció entre el tarot y la psicología

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