Borja Terán Periodista
OPINIÓN

TikTok, la red social de la burla

Baile viral de un padre y sus dos hijos.
Baile viral de un padre y sus dos hijos.
TIKTOK
Baile viral de un padre y sus dos hijos.

Transmite que es una red social inofensiva, TikTok se observa como un entrañable lugar en el que aparentemente nadie discute y donde sobre todo se baila. Se baila mucho. Todo el rato. Lejos quedan aquellos tiempos en los que a los adolescentes les daba vergüenza bailar en público. Nos salía un sentido del ridículo imparable cuando el profe pedía un voluntario para cualquier cosa. Ahora, para estar de moda y lograr la peliaguda validación del entorno -a través de muchos corazones o likes-, hay que realizar el baile del momento. O, mejor dicho, imitar el baile del momento. Porque en TikTok todo el rato se reproducen los mismos pasos de baile. La creatividad no es tan importante. No es una red social que fomente la imaginación, prima la réplica.

Y cuando la gente repite en cadena lo que hacen los demás, la gente es más manipulable. Siempre lo ha intentado la industria discográfica. Primero repitiendo canciones en radiofórmulas hasta que era complicado quitárselas de la cabeza, ahora plasmando coreografías fáciles de imitar para que la música se quede en la memoria colectiva gracias a la generación del meme. Los propios usuarios de la aplicación danzan y visibilizan gratuitamente el tema con vídeos propios con los que intentan lucirse entre sus amigos y followers.

Al final, TikTok genera conductas y, así, se ha ido transformando en una red en la que se premia el calco a lo original. Y eso la convierte quizá en la peor red social. O en la más 'borrega' al menos. Porque su ADN es el plagio. Se copian las coreografías, los sketches, las bromas... Venga, todos a hacer lo mismo que han visto que funciona a otro tiktoker. Lo diferente se ve raro, se premia lo clónico.

Y lo que es peor: TikTok se está transformando en una plataforma sin ley, donde la mofa tóxica campa a sus anchas. Vemos bromas a padres, abuelos y amigos a través de 'challenges' insensibles. Hay de todo tipo: desde simular comienzos de guerras atómicas hasta la #bromabeca, que consistía en colocarte junto a alguien mayor para pedir una beca mintiendo inventándote discapacidades para "dar pena".

Trágico: miles de usuarios mofándose de las personas con discapacidad y la diversidad sin ningún miramiento, sin ápice de reflexión y empatía. TikTok es salvaje y hasta peligrosa. Más aún porque parece inofensiva y no se ve venir lo negativo que promueve: normaliza el escarnio, el plagio y la necesidad de hacer lo que hace todo el mundo hace para no sentirse fuera de juego. Aunque sea riéndose del vulnerable. Aunque sea frivolizando con la tragedia. Todo vale.

Porque en TikTok no hay ningún control de ética y escrúpulos. De hecho, también es un lugar enemigo de los verdaderos creadores de la industria audiovisual. Porque en esta app es fácil piratear obras ajenas. Los cortometrajes se trocean, se les quitan los créditos y son subidos por perfiles que nada tienen que ver con los de los artífices de esos trabajos, ante el pasotismo de la propia red social. Puedes reportar una infracción de derechos de autor, pero TikTok no responde en meses. Mientras que en Facebook o Twitter se vigila el cumplimiento de los derechos, 

TikTok parece un espacio donde la copia se lleva por delante a la creatividad verdaderamente original. Y esta red social es adictiva entre los más jóvenes como plataforma instantánea para compartir vídeos con la percepción de que nadie te vigila  Porque todo huele a un inocuo baile. Pocos papás se preocupan. Sólo están bailando. Es más, TIkTok hace creer que somos imaginativos cuando, en realidad, empuja a repetir conductas con el simple objetivo de sentirse popular y validado Y si no eres como crees que es el resto quizá te encuentres desplazado, con los estigmas que ello conlleva. 

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