Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Step by step, idiotas

Darias, sobre el fin de las mascarillas: "Vamos a ir paso a paso"
Darias, sobre el fin de las mascarillas: "Vamos a ir paso a paso".
Europa Press
Darias, sobre el fin de las mascarillas: "Vamos a ir paso a paso"

“Paso a paso significa step by step”. Esto es lo que respondió el otro día la ministra de sanidad Carolina Darias cuando le preguntaron sobre el final de la obligatoriedad de llevar mascarilla en interiores. Ella había dicho que estábamos cerca del momento de quitarla y que había que ir paso a paso. Los periodistas le preguntaron qué significaba eso y si había algún plazo más concreto. Y ella, como si hablara a unos niños o a un grupo de idiotas, respondió con el recurso de decir lo mismo, pero cambiando de idioma. Un truco barato propio de un sofista, de un monologuista de sótano de tercera o de un mal vendedor de crecepelo.

El periodista es un intermediario entre el político y la sociedad. En este caso, la ministra trata de un modo improcedente a ambos. Nos hemos acostumbrado a utilizar ridículas frases en las que perro es igual a perro. Sí es sí, no es no. ¿Quién es más tonto de los dos? Mentir, escabullirse y escurrir el bulto son actitudes que, por lo general, le salen gratis a la clase política. Otra ministra, la de educación, afirmó hace unos días que la filosofía va a estar más presente que nunca. Sabe que no es verdad. Puede agarrarse a refutar el presunto argumento de la desaparición, pero todos sabemos que la verdad es una: va a haber menos filosofía. Nos faltan al respeto.

"Si las garantías fallan, si nos tratan con este desprecio, podemos hacer bien poco"

Otra historia sin final: el diputado Alberto Casero, el que salvó sin querer la reforma laboral no ha dado explicaciones. Parece que lo de “no es no” lo había entendido bien. ¿Va a salir alguien a explicar a los votantes qué es lo que ocurrió? ¿En qué va a quedar la cosa? ¿A qué se dedica ahora el diputado Casero? Cachondeo.

La lista de faltas de respeto al ciudadano es inagotable. Sale gratis mentir, incumplir y venderse. Las comparecencias sin preguntas, el abuso del real decreto con guarnición y postre, la inutilidad del parlamento y la lentitud enfermiza de algunos organismos como el Tribunal Constitucional invitan a una profunda reflexión. Nos han dicho que vivimos en una democracia y que podemos votar cada cuatro años. Es verdad y está muy bien, pero hay momentos en que votar parece poco. Si las garantías fallan, si nos tratan con este desprecio, podemos hacer bien poco. Habría que repasar el concepto de partitocracia y ver si no nos estamos acercando peligrosamente a esa situación en la que las oligarquías partidistas asumen la soberanía efectiva. Vaya frío para ser abril, ¿no?

Mostrar comentarios

Códigos Descuento