Rebeca Marín Periodista y escritora
OPINIÓN

Esto lo arreglamos entre todos

La Bolsa española se hunde el 6,15% con el precio del crudo en caída libre.
La Bolsa española se hunde el 6,15% con el precio del crudo en caída libre.
EFE
La Bolsa española se hunde el 6,15% con el precio del crudo en caída libre.

No es la primera crisis que atravesamos, es verdad que cada una es diferente, las hay del ladrillo, del virus pandémico…, pero todas derivan en una más duradera, la económica, y los patrones son casi siempre son los mismos. La gente se debate entre la tristeza, el desánimo y la narcotización y el optimismo edulcorado, entre la consciencia y la evasión, entre la realidad y la ficción.

El otro día leía el libro Ibex 35, de Rubén Juste, donde se alude a la crisis económica de 2008-2010 cuando Miguel Roca i Junyent, uno de los padres de la Constitución, arengó a las masas diciendo: "No vamos a estropear ahora todo lo que llevamos conseguido en este tiempo", "Basta de decir que esto está complicado… España no ha perdido la confianza en sí misma". Un discurso propio de un entrenador en la segunda parte del partido cuando vas perdiendo ocho goles a cero. 

Roca presentó una campaña "estoloarreglamosentretodos" para contagiar de confianza y fomentar el optimismo entre los ciudadanos, (por cierto, los únicos que pueden sacar de una crisis a un país; ni los políticos ni las instituciones, los ciudadanos). 

Se hizo una campaña en medios donde participaron gratis personajes influyentes de todos los sectores; Pau Gasol, Jordi Ébole, Ferran Adriá etc… y donde todos animaban al optimismo. 

Dos meses después, la prima de riesgo subió y empezamos a ver la luz. Una luz que alumbró de la mano de Zapatero el recorte de derechos económicos más grande de la democracia. Recorte del sueldo de los funcionarios, ajuste del gasto público, congelación de retribuciones, disminución de ayudas al desarrollo, eliminación de prestaciones por la ley de dependencia, supresión del cheque bebé…, etc.

Un optimismo al que le siguió más precariedad, un esfuerzo, el nuestro, el de todas y todos, que nos llevó a pensar que los mileuristas, esos pobres diablos, eran unos afortunados. 

Cuidado con el optimismo, y sobre todo con quién nos lo inocula, porque a veces puede ser también un virus y si muta, hacer mucho daño. Cuidado con el venirnos muy arriba y aplaudir demasiado fuerte, con el creernos héroes y dejarnos la piel en el intento porque luego nos la pueden arrancar a tiras.

Seamos conscientes, realistas, positivos y trabajemos para salir de esta crisis, pero no nos dejemos todo y nos desinflemos porque luego hay que seguir respirando y por cierto, será el momento de respirar más hondo que nunca, aspiremos a un ambiente como el de ahora, menos contaminado.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento