Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Por qué no funciona 'Idol Kids' en Telecinco: cuando tu público potencial ya no existe

Omar Montes y su sonrisa en Idol Kids
Omar Montes y su sonrisa en Idol Kids
Mediaset
Omar Montes y su sonrisa en Idol Kids

Bertín Osborne entrevistando a Ana Obregón ha sustituido esta noche de lunes a Idol Kids, que salta al sábado como día con menor competencia. El talent show no tira, los niños cantantes no arrasan como antes. Tras el boom de la espontaneidad de pequeños prodigios en el prime time, la audiencia parece que ya no se sorprende igual con la ingenuidad infantil. ¿Se ha sobreexpuesto este género de niños jugando como mayores? Tal vez...

Aunque hay otro motivo más grueso por el que no funciona Idol Kids. Telecinco plantea los concursos de música para un público que el canal caló muy bien, pero que ya no existe: la generación ni-ni, aquella generación adicta a 'Mujeres y hombres y viceversa' que ni estudiaba ni trabajaba. También han evolucionado. Al fin y al cabo, los tiempos no paran de cambiar y la pantalla debe ser hábil para adaptarse a la evolución de las curiosidades del público.

Para popularizar Idol Kids se ha elegido a unos miembros del jurado altamente populares para ese público que se asume como propio desde Mediaset: Omar Montes, Camela y Ana Mena. Tres perfiles de la música popular que, en realidad, sólo atraen a un mismo perfil de audiencia. No consiguen un equilibrio transversal entre generaciones y lo que es peor: no cuentan con argumentación musical que aporte relevancia al programa. Se quedan en la frase hecha instantánea que impide ver el talento detrás de los participantes. Por tanto, a la audiencia le cuesta más conectar con lo especial de los artistas que pasan por el escenario. No se resalta su cualidades únicas y abusan de la fugaz frase de conversación de ascensor. "Eres luz". Ni que el niño fuera un fluorescente. 

"La media sonrisa de pícaro de Omar Montes es representativa del show: no sabes si se lo está tomando en serio o te está vacilando"

A Idol Kids le falta enjundia para poder empatizar con sus protagonistas. Y sin esa implicación de jueces con los concursantes todo se desvanece. Para generar interés, el programa intenta fomentar el conflicto a través de trepidantes votaciones. Sin embargo, si el espectador no nota la implicación con los candidatos el resultado también causa indiferencia. Qué difícil es dar en la diana de un buen jurado...

Mediaset debe pegar un giro a sus talent shows. Ya no valen platós muy iluminados con una sola escenografía. Un musical es diferente a un magacín y hay que potenciar el espectáculo que lo distingue. Idol Kids no transmite la sensación de tele-acontecimiento, sólo una audición retransmitida en la que los que examinan no se ven muy comprometidos con la causa. La media sonrisa de pícaro de Omar Montes es representativa del show: no sabes si se lo está tomando en serio o te está vacilando. Como consecuencia, no empatizas con los jueces, los grandes protagonistas del show, y desconectas de Idol Kids. Todo se ve de cartón-piedra mientras a los niños descartados se les ponen los ojos llorosos.  Y cuando un niño se emociona, no vale el ceño de vacile.  

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