
Málaga tendrá un semáforo dedicado a Chiquito de la Calzada. A priori, parecía una gran idea. La propuesta combina la cultura popular con la magia de la iconografía. Incluso este elemento urbano "customizado" podría convertirse en un símbolo de identidad para la propia ciudad.
El perfil de Chiquito es tan característico que ya de por sí funciona en imagen fija. Semáforo en rojo, cuando estaba "quietorrr". Semáforo en verde, cuando salía corriendo en busca de un "fistro". Sólo bastaba esa imagen del cómico sustituyendo al monigote habitual de los faroles del semáforo y, de esta manera, crear un atractivo icono identitario para la capital de la costa del Sol. La estampa visual del humorista es tan reconocible que no demandaba de nada más. Como sucede en Berlín con su hombrecillo Ampelmännchen.
Pero, al final, aquí se ha optado por la literalidad cañí y Chiquito de la Calzada ha poseido directamente el semáforo. Su "silueta" se mueve de arriba a abajo de la señal de tráfico y, por supuesto, también se escucha su voz. A tope de volumen. Bien de frases míticas: "usted se mueve más que los precios", "me voy a cagar en sus muelas".
Este semáforo-performance representa el surrealismo español sin medias tintas."
Se ha elegido el camino del semáforo-performance que, desde luego, representa el surrealismo español sin medias tintas. Ese que no se queda en la sutileza minimalista y directamente se pone todo encima. De hecho, el semáforo en sí podría ser una inocentada, una cámara oculta, una broma. No, es real. Ahora habrá que ver lo que dura en acción cuando empiece a funcionar en su ubicación real.
El sainete será digno de ser grabado, triunfará en redes sociales. Será una especie de atracción de feria: en vez de esperar y cruzar, la gente tendrá la necesidad de parar a grabarse ante tal show de luz, delirio y sonido. Así que lo que no está nada claro es que el Chiquitosemafororrr regule el tráfico. Quizá podría propiciar un colapso. De ahí, tal vez, que finalmente se vaya a colocar en un parque sin coches. Un semáforo sin coches. Cómo somos... Para qué crear un semáforo que no sirve para ser semáforo y no idear una acción más original que definiera el arte de Chiquito.
Al menos, el semáforo -que no servirá como semáforo- hará aún más surrealista la encrucijada de caminos en la que vivimos. La travesura de la picaresca nacional de Chiquito sigue entre nosotros. Este semáforo lo evidencia.
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