Tras el terrible conflicto de la Segunda Guerra Mundial, los países europeos comenzaron a dar forma a la idea de la Unión Europea. Una idea que ha traído el mayor periodo de paz, prosperidad y desarrollo en un continente asolado históricamente por la guerra.

Pero los padres fundadores de la Unión nunca llegaron a imaginar los desafíos a los que se ha tenido que enfrentar Europa en estos últimos años; una crisis económica y financiera comparable al crack del 29; El Brexit, que supuso la salida de Reino Unido del club europeo y que mostró hasta dónde el populismo puede llegar; La crisis de refugiados por la guerra de Siria, que fue un toque de atención a la Unión de la necesidad de una nueva política migratoria común; finalmente, la pandemia, que se ha llevado a cientos de miles de personas; y la guerra en Ucrania, que ha demostrado la necesidad de una Unión Europea con una voz más fuerte y unida en el mundo.

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Es por ello que, para preservar el futuro de esta Unión Europea, mecanismos como la Conferencia sobre el Futuro de Europa son imprescindibles. Un espacio de debate donde todos y cada uno de los ciudadanos puedan exponer sus ideas, donde se puedan debatir nuevos mecanismos que acerquen las instituciones a la gente o el foco de las políticas de la Unión.

Que la Unión Europea tenga claros cuáles son los problemas más importantes para la ciudadanía y cuáles deben de ser sus prioridades, es fundamental para combatir el populismo y los discursos ultranacionalistas que vemos en todos y cada uno de los estados miembros, comenzando por Vox en el caso de España.

Actualmente, el 75% de la población considera el desempleo el problema más urgente, seguido de la sostenibilidad, el cambio climático o la brecha digital. Estos son los grandes desafíos que muestra la ciudadanía europea, que también son los grandes desafíos de nuestra era.

Solo con la escucha activa y cercanía de las instituciones europeas a la ciudadanía se podrá construir más Europa. Solo con la resolución de los problemas de la ciudadanía y la demostración de la utilidad del proyecto europeo permitirán frenar los discursos de la extrema derecha y el populismo.

Es hora de que el sueño europeo se convierta en realidad.