Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

Veneno contra la paz

Roman Abramovich y su ex esposa, Irina, en el palco de Stamford Bridge. (KORPA)
Roman Abramovich y su ex esposa, Irina, en el palco de Stamford Bridge. (KORPA)
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Roman Abramovich y su ex esposa, Irina, en el palco de Stamford Bridge. (KORPA)

También el veneno, un arma silenciosa tradicional contra el enemigo, parece que ha entrado en la guerra de Ucrania en medio de los cañones y las bombas. El oligarca ruso, Román Abramovich, muy conocido como propietario del club de fútbol Chelsea, se segura que fue envenenado en la noche del tres al cuatro en el transcurso de una cena con negociadores ucranianos en un intento por parar el conflicto entre los dos países.

Unas horas más tarde, Abramovich y otros compañeros de mesa comenzaron a sentir algunos síntomas que los médicos anticiparon que podían ser consecuencia de algún envenenamiento: los ojos se les pusieron rojos y llorosos mientras la piel de la cara y las manos mostraba indicios de erosionarse y despellejarse.

Cuando los afectados se percataron de lo que ocurría se pusieron en manos médicas que bajo la sospecha de tratarse de víctimas de un envenenamiento, aplicaron un tratamiento que impidió que los efectos siguieran evolucionando. Los tres están fuera de peligro.

"La técnica de envenenar a los enemigos la practica habitualmente el gobierno de Vladimir Putin, fruto de sus experiencias en el KGB"

Naturalmente, la primera pregunta que despierta este incidente es quien ha podido ser el autor o inductor. Las sospechas son variadas. Inicialmente podrían recaer en el Kremlin, pero en esta caso hay circunstancias que lo descarta.

La técnica de envenenar a los enemigos la practica habitualmente el gobierno de Vladimir Putin, fruto de sus experiencias en el KGB. Se recuerda muy bien el caso de exiliados en Londres y en otras ciudades. Pero en este caso las sospechas no cuadran: Abramovich es amigo personal de Putin y probablemente cómplice en algunos negocios.

En los últimos tiempos realizó continuos viajes a Moscú. A diferencia de otros magnates de la mafia rusa, en ningún momento se declaró contrario a la invasión, por el contrario se mostró cauteloso aunque en defensa de la agresión rusa.

Las especulaciones en este caso lo atribuyen a fanáticos intransigentes rusos, partidarios de la guerra, temerosos de que en el cónclave de Kiev pudiese llegar a algún acuerdo para detenerla. Para ellos la influencia de Abramovich sobre Putin amenaza su empeño en seguir combatiendo hasta la consecución de todos los objetivos y la creencias que e intentaron sabotearlo quizás quitándolo de enmedio.

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