Adrián Vázquez Lázara Eurodiputado de Cs y miembro de la Comisión de Agricultura del Europarlamento
OPINIÓN

Un ministro contra agricultores y ganaderos

  • "Alberto Garzón se lanza de nuevo a la agitación y propaganda"
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha pedido a los españoles que cambien la dieta porque comen carne de forma excesiva y eso perjudica a su salud y a la del planeta: el 14,5 % de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de la ganadería, especialmente de las macrogranjas, según ha señalado.
El ministro de Consumo, Alberto Garzón,.
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha pedido a los españoles que cambien la dieta porque comen carne de forma excesiva y eso perjudica a su salud y a la del planeta: el 14,5 % de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de la ganadería, especialmente de las macrogranjas, según ha señalado.

Alberto Garzón está “preocupado por la salud de nuestros conciudadanos y de nuestro planeta”. Para resolver sus preocupaciones, el ministro de Consumo recomienda reducir el consumo de carne. Cualquier que sepa que el sector cárnico genera en España más de 80.000 empleos directos y cientos de miles de indirectos y aporta 9.000 millones de euros a la balanza comercial –España es el segundo mayor exportador de carne de la UE— tendría un cuidado exquisito con los datos y con las campañas. No es el caso del ministro, que ideologiza y agita –sus principales funciones— al tiempo que esconde lo que no le interesa.

Para producir un kilo de carne, dice, en su cruzada para salvar nuestra salud y la del planeta, hacen falta 15.000 litros de agua. Lástima que no nos diga a continuación la verdad: que el 90% de esa cantidad de agua procede de la lluvia. El resto se reparte, como saben las asociaciones del sector, entre el agua azul –que procede de ríos, lagos y caudales subterráneos—y el agua gris, la que resulta contaminada como resultado de los procesos.

Es cierto que el consumo de carnes en España está por encima de la media europea. Es cierto también que no hay ningún país europeo con una esperanza de vida superior a la de los españoles; es el tercero más longevo del mundo, después de Japón y Corea del Sur. Y el índice Bloomberg lo sitúa como el más saludable. Todo ello tiene en su base la dieta mediterránea. Nuestra salud, desde el punto de vista de la alimentación, no necesita de sus desvelos en este aspecto, ministro.

Con el planeta, que tiene unos cuantos problemas muy serios, tampoco se puede hacer demagogia. Como recuerdan las asociaciones cárnicas, la producción ganadera de carne representa únicamente el 7,8% del total de emisiones de gases de efecto invernadero en España. En comparación, el transporte supone el 27%; la industria, el 19,9%; la generación de electricidad un 17,8%, y el consumo de combustibles, un 8,5%. Son datos del Inventario de estos gases que proporciona el ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

"Nuestra salud, desde el punto de vista de la alimentación, no necesita de sus desvelos en este aspecto, ministro"

Ha descubierto América el ministro Garzón. Claro que hace falta acelerar la transición hacia una producción cárnica más sostenible y hacia dietas más variadas, pero ya se avanza en esas direcciones en varios lugares y desde luego aquí, en el Parlamento europeo, con la nueva Política Agraria Común y con la estrategia De la granja a la mesa, que se está negociando. Como toda transición, esta hay que hacerla con ayudas y por etapas. No ha descubierto nada nuevo el ministro, porque lo que ha acometido es una nueva ofensiva ideológica que no tiene como objetivo el consumo responsable de la carne, sino la demonización del mismo.

Toda maniobra de este tipo o similar –tanto en lo que toca al sistema de etiquetado frontal Nutriscore sin tener en cuenta que favorece los alimentos ultraprocesados y penaliza los productos monoingredientes, de alta calidad, como el aceite de oliva y aquellos que tienen distintivo de calidad UE—causa un terrible daño a la agricultura y a la ganadería. Es irresponsable, y es doblemente perjudicial para un sector ya muy afectado por las consecuencias de la pandemia en los cierres de hostelería y restauración del último año y medio.

Que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda es una referencia bíblica contra la hipocresía, contra el exhibicionismo a la hora de dar limosna. No tiene nada que ver con esta práctica frecuente dentro del Gobierno de España de ministros que van cada uno por su lado, de dirigentes que se ocupan de sus parroquias, de sus rivalidades, y desatienden las tareas encomendadas. “Esta campaña [la de Alberto Garzón] es “errónea” y “no tiene sentido”, dice nada menos que Luis Planas, titular de Agricultura, que pide “respeto” para el sector de la ganadería y “responsabilidad” al ministro de Consumo.

"Lo que ha acometido es una nueva ofensiva ideológica que no tiene como objetivo el consumo responsable de la carne, sino la demonización del mismo"

Garzón, desde lo que entiende como su responsabilidad, responde: Planas estaba al tanto de esta campaña, y los dos ministerios estaban coordinados. “Eso no es cierto, lamento que se me utilice en este aspecto”. Son declaraciones públicas, está todo ahí, no hay inventos mediáticos. Es un espectáculo lamentable, con consecuencias.

Se podía saber, desde luego, que sacar adelante fórmulas de gobierno que no se dan en Europa —con populistas, comunistas y nacionalistas— iba a traer estas consecuencias de tensión permanente, desacuerdos y reproches mutuos, de creación de problemas para los ciudadanos en lugar de ofrecerles soluciones. La reacción de Planas es correcta, pero es insuficiente. La reacción de Pedro Sánchez, consciente de la metedura de pata monumental, trata de apagar el fuego acudiendo al chascarrillo vulgar: “A mí, donde me pongan un chuletón al punto… eso es imbatible”.

El daño está hecho, y para remediarlo harían falta, a corto plazo, declaraciones más serias y firmes, menos chisposas. La frivolidad, de un lado y de otro, es muy inoportuna en estos momentos. A medio plazo, es evidente que seguir dando espacio en el Gobierno a los responsables de la agitación y la propaganda, en cualquier ámbito, irá en contra de la recuperación económica y la reconstrucción que este país y esta sociedad necesitan. Eso sí que es imbatible, presidente

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