María Guijarro Diputada del PSOE en el Congreso
OPINIÓN

Cuando se apagan los focos

Luna y miembros del Ejército de Tierra ayudan al inmigrante tras cruzar a Ceuta.
Luna y miembros del Ejército de Tierra ayudan al inmigrante tras cruzar a Ceuta.
Reduan / EFE
Luna y miembros del Ejército de Tierra ayudan al inmigrante tras cruzar a Ceuta.

No podemos negar el gran impacto mediático de la imagen de Luna , la voluntaria madrileña de Cruz Roja abrazando a Abdou, el inmigrante senegalés que llegaba junto a su hermano, exhausto e impresionado, a la playa del Tarajal en Ceuta. Todos los medios durante más de 48 horas difundieron profusamente la imagen y todo lo que ocurrió después con los dos protagonistas. En realidad, la mayoría solo informó del impresentable acoso al que fue sometida esta mujer y pocos sobre lo que ocurrió con "el inmigrante anónimo". Y hoy poca gente en España desconocerá la cara de Luna, su chaleco rojo y ese abrazo tan sincero y necesario para Abdou.

Ha sido una muestra de la fuerza de las imágenes, de la fuerza de los medios en una crisis humanitaria. Cuando se mira con respeto, cuando se cuentan las historias de personas con dignidad periodística la comunicación cumple una de sus nobles funciones. Pero cuidado. Este fenómeno está muy estudiado. Desde la Primera Guerra del Golfo y el efecto CNN ya se estableció la capacidad de los medios para provocar, legitimar o contribuir a la paz en situaciones de conflicto o desastres naturales. La información humanitaria puede ser reactiva y de hecho lo es en la mayoría de los medios generalistas pero también, y afortunadamente pasa, puede ser anticipatoria. Con profundidad y contexto, con anticipación y mirada larga se puede informar con rigor y profesionalidad. Y muchos medios en España lo han hecho así.

Pero también ha habido quien ha usado la sobreexposición mediática, la intensidad de una sola historia en medio de todo una cuestión humanitaria sin mucha mesura ni siquiera en formatos adecuados. La gran cuestión, por ejemplo, entre lo que se informa (o desinforma) sobre Emergencias Humanitarias y lo poco sobre la no tan "atractiva" Cooperación al Desarrollo.

"Bienvenida la atención a historias que no alimenten estereotipos, que pongan en primer plano valores como la solidaridad"

Todos los aspectos positivos de la inmigración no han sido justamente tratados informativamente hablando. Dice el Informe 2020 Inmigracionalismo de la Red Acoge que más del 80% de las informaciones sobre migraciones no cuentan como fuentes con personas migrantes, la mitad no usa la palabra “persona” y un tercio emplean titulares sensacionalistas. Dice este Informe que suelen tener un enfoque occidentalista y etnocéntrico y no reflejan la diversidad de las migraciones y su feminización. Panorama no muy halagüeño.

Así que, desde mi punto de vista, bienvenida la atención a historias que no alimenten estereotipos, que visibilicen lo invisible, que pongan en primer plano valores como la solidaridad y también el sufrimiento. Que protagonicen los verdaderos protagonistas.

Mi gran preocupación: que cuando se apaguen los focos en el Tarajal continuemos exigiendo, como ciudadanía crítica, historias reales sobre personas migrantes, sobre personas voluntarias de organizaciones humanitarias o sobre personas que luchan por vivir dignamente en sus países de origen. Todo ello con nombres y apellidos y sin imágenes impactantes en bucle. Cuando se apaguen los focos.

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