Sarah Morris Corresponsal británica en España
OPINIÓN

La princesa del pueblo y el reportero canalla

Diana de Gales
Kensington Palace en el décimo aniversario de la muerte de la princesa Diana.
GTRES
Diana de Gales

La entrevista fue presenciada por 23 millones de personas aquella noche en la BBC en el Reino Unido. Las palabras de "la princesa del pueblo", cómo la bautizó Tony Blair, dieron rápidamente la vuelta al mundo. "Éramos tres en este matrimonio, así que estaba un poco abarrotado", dijo la princesa de Gales en el prestigioso programa Panorama.

Veintiséis años después, mucho de lo que pensamos que aprendimos de la entrevista – sobre todo respecto a la familia real británica y cómo trató a Diana – queda en entredicho tras la conclusión de una investigación según la cual que el periodista Martin Bashir falsificó cuentas bancarias para convencer a la princesa de contarle su historia. 

Bashir preguntó a Diana, por ejemplo, si realmente creía que hubo una campaña orquestada contra ella en el palacio. ¿Cómo iba a contestar que no cuando el reportero había dado la impresión a su hermano, Charles Spencer, de que personas cercanas a la familia real y a ella estaban aceptando pagos para espiarla?

Es comprensible que el hijo mayor de Diana, el príncipe Guillermo, desee que la BBC no vuelva a retransmitir nunca más el polémico programa. "Estableció una falsa narrativa que ha sido comercializada por la BBC y otros por más de un cuarto de siglo", argumentó. Dice que la entrevista empeoró las relaciones entre sus padres e hizo que su madre se volviera más aislada y paranoica. Una disposición emocional que la hizo prescindir de sus servicios de seguridad, que la hubieran aconsejado mejor en París, donde acabo muriendo en un accidente, contó la biógrafa de Diana, Sally Bedell Smith, a la BBC.

Probablemente, no haya que prohibir la retransmisión de la entrevista, dado que está claro que Diana quería hablar en la televisión -igual que ha querido su hijo pequeño, Harry-, pero habrá siempre que contextualizarla dado lo que sabemos ahora sobre el engaño y el consecuente estado de ánimo de la princesa.

Es loable por parte de la BBC haber encargado el informe independiente, debatir sus conclusiones en sus programas y que Panorama también haya hecho una investigación sobre el caso para "restablecer la confianza del público en su periodismo y su independencia".

Aun así, los fallos de una investigación anterior hace 25 años y el encubrimiento de responsables de la organización pública han decepcionado a periodistas dentro y fuera de la BBC. El reportero investigador Tom Mangold, que ha trabajado para Panorama, ha preguntado qué pasó con "los ocho cortafuegos que hay entre un reportero canalla y la transmisión de un capitulo de Panorama".

Con la BBC en el punto de mira, existe la inquietud de que el gobierno británico conservador de Boris Johnson utilice la crisis para hacer recortes a su presupuesto o para cambiar su sistema de gobernanza de forma favorable al partido conservador. "Ningún gobierno utilizaría algo así para atacar a la BBC", dijo Lord Michael Grade, un expresidente de la BBC. "El público no lo toleraría". Ojala que no se equivoque.

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