Helena Resano Periodista
OPINIÓN

Llora porque te hace más fuerte

‘Eso que tú me das', el documental de Pau Donés y Jordi Évole
‘Eso que tú me das', el documental de Pau Donés y Jordi Évole
CINEMANÍA
‘Eso que tú me das', el documental de Pau Donés y Jordi Évole

"No llorar es un síntoma de debilidad". La frase es de Pau Donés, se la dijo a Jordi Évole días antes de morir. Era parte de su testamento vital, ese que quiso publicar a los cuatro vientos sabiendo que la vida se le escapaba. Y aunque nunca le conocí, no tuve el placer, hoy quiero darle las gracias aquí por pronunciarla en esa última entrevista, gracias por conseguir que esa verdad llegara hasta mí, gracias por regalarme esa frase que me reconcilia con bastantes etapas de mi vida. "No llorar es un síntoma de debilidad".

"Durante mucho tiempo me he castigado mentalmente a mí misma por no saber aguantarme las lágrimas

Durante mucho tiempo he creído justo lo contrario, que llorar en público me debilitaba, me hacía más vulnerable. En este mundo en el que se castiga precisamente la flaqueza, en el que hace falta ser un/una tipo/a duro/a todo el tiempo, mucho más en un mundo de hombres y mucho más siendo mujer, llorar nunca es un buen plan. Es lo que muchos esperan cuando te gritan o contestan de malas maneras, que te derrumbes, que la barbilla te tiemble, que te acobardes. Buscan hacerte pequeña. Así que cada día, durante muchos años, has tenido que practicar eso del autocontrol, saber guardarte todo eso que te remueve y soltarlo cuando estás a solas. Pero eso, inevitablemente, va levantando un dique, enorme, que no siempre logras controlar. Las compuertas se pueden abrir en el peor momento posible, el dique puede desbordarse cuando no debe. Una palabra, una canción, una mirada y zas, ahí está, el nudo en la garganta, la lágrima asomando, la temida debilidad...

Sí, durante mucho tiempo me he castigado mentalmente a mí misma por no saber aguantarme las lágrimas. Por no saber terminar un discurso sin romper a llorar.

"Es difícil ver a un hombre de mediana edad romper a llorar en público"

Me cuesta muchísimo controlar mis emociones cuando estoy en privado, cuando tengo que confesar cómo me siento, qué me ha dolido o qué me ha emocionado. Cuando tengo que dar las gracias por el cariño, el apoyo, cuando me toca hacer uno de esos discursos que te salen del corazón, no consigo terminarlo sin que me tiemble la voz. Da igual que la persona que está en frente sea de confianza o no. Me ha pasado en algún despacho y me he machacado después por no haber sabido mantenerme serena. Por no guardarme las lágrimas para después. Es la peor de las situaciones, sobre todo cuando esas lágrimas son de rabia, de impotencia.

Y es curioso porque la frase de Pau es mucho más impactante y valiente dicha por él, por un hombre. A ellos se les presupone que están vacunados a ese gesto, que son incapaces de expresar de esa forma tan transparente sus emociones. Es difícil ver a un hombre de mediana edad romper a llorar en público. Pau Donés quiso dejarnos ese último regalo: nos dio la llave para admitir que no llorar es lo más antinatural que hay, y que llorar sana, libera. Da igual si lo haces en privado o en público, da igual si eres hombre o mujer, da igual si es por felicidad o por sufrimiento. Gracias, Pau, gracias por hacerme llorar tras ver tu última entrevista.

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