OPINIÓN

MAGA

El asalto al Capitolio comenzaba en los alrededores de la cámara estadounidense.
El asalto al Capitolio comenzaba en los alrededores de la cámara estadounidense.
Michael Reynolds / EFE
El asalto al Capitolio comenzaba en los alrededores de la cámara estadounidense.

MAGA es el acrónimo de Make America Great Again, el lema del facineroso Donald Trump y un movimiento que aglutina a otros movimientos a cuál más derechista y esperpéntico. Ahí están los Proud Boys, el movimiento Boogaloo, el QAnon, el Three Percenters (no confundir con los del 3% de aquí) … Todos ultraderechistas, supremacistas y nacionalistas blancos, misóginos, adoradores y propagadores de teorías de la conspiración. Gente de odio, como el Ku Klux Klan.

El día de Reyes irrumpieron en el Capitolio de Washington espoleados por su presidente, Donald Trump, el enviado por Dios para acabar con los inmigrantes, musulmanes, negros, comunistas, socialistas y pedófilos. El día de Reyes dieron un golpe de estado y gracias, sobre todo, a la lealtad institucional del vicepresidente Mike Pence, fallaron.

No puedo creer que lo que describo pase en la primera potencia mundial. La derecha ha entrado, desde hace unos años, en un proceso putrefacto de descomposición. Antes, gente de orden. Hoy, gente de odio. El 75% de los más de 70 millones de personas que votaron a Trump creen que hubo fraude en las elecciones y casi la mayoría de ellos apoya lo que pasó en el Capitolio. Poca broma. Una publicación, que es referente mundial de gente de orden, The Economist, da en la diana: “The end of the embarrassment” (El fin de la vergüenza).

En España y en Catalunya también hay esa clase de gente y, evidentemente, es de derechas. Salvando las distancias, que las hay y muchas, no hace falta ser demasiado listo para saber dónde están.

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