Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

Ingobernables, y no solo por la CUP

La número tres de la CUP al Congreso, Eulàlia Reguant, en un acto de campaña en Terrassa (Barcelona) por las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019
La número tres de la CUP al Congreso, Eulàlia Reguant.
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La número tres de la CUP al Congreso, Eulàlia Reguant, en un acto de campaña en Terrassa (Barcelona) por las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019

La CUP se presenta por primera vez a unas elecciones generales. Los anticapitalistas empezaron siendo una fuerza solo municipal hasta que en 2012 irrumpieron en el Parlament para empujar el procés. Que ahora concurran para obtener representación en el Congreso es un claro reconocimiento del fracaso separatista. La razón de querer ocupar unos escaños en Madrid es contribuir a bloquear la política española, es decir, "impedir la gobernabilidad del Estado" mientras no se satisfagan sus reivindicaciones (autodeterminación y amnistía). Su eslogan de campaña no puede ser más explícito: "Ingobernables"

Las encuestas dicen que la CUP puede cosechar un buen resultado. Pero España no será ingobernable por culpa de ese puñado de diputados, sino porque la política nacional lleva demasiado tiempo sumida en una dinámica de enfrentamiento cainita. Primero entre PSOE y PP, pero también con Cs y Podemos a partir del 2015. Con el bipartidismo gobernaban los socialistas o los populares, pero ahora con tanta fragmentación vamos camino de que no pueda gobernar de verdad nadie, para satisfacción de la CUP.

"La crisis de Cataluña solo podrá atajarse desde un gobierno mínimamente fuerte"

El domingo todo se puede complicar mucho si Pedro Sánchez no gana con holgura y encima Vox engulle a Cs. Si como se teme, según las últimas encuestas, la extrema derecha nacionalista se convierte en el tercer grupo del Congreso con alrededor de 50 diputados, al PP le va a resultar muy difícil abstenerse para evitar otro bloqueo. Mucho cuidado con la formación de Abascal porque puede arrastrar un voto de castigo contra los otros partidos, incluso por parte de gente que no comparte muchos de sus postulados pero que compra el discurso contra el "expolio fiscal" del modelo autonómico. Por su parte, Albert Rivera se ha ganado a pulso su ocaso por empecinarse en no pactar con el PSOE cuando estaba en inmejorables condiciones. Por el camino Cs ha perdido su identidad como partido bisagra de centro, dejando de ser una opción útil ya que para votar a una fuerza estrictamente de derechas ya está el PP de Pablo Casado.

"Mucho cuidado con la formación de Abascal porque puede arrastrar un voto de castigo contra los otros partidos"

La mejor baza para Sánchez en la recta final de campaña es que no tiene alternativa, con lo que puede recibir votos de última hora para garantizar la estabilidad y evitar que la política siga lastrando la economía. En último término, el problema no será la investidura sino la gobernabilidad de la legislatura. En esta extraña prórroga nos jugamos mucho, empezando por Cataluña, cuya crisis solo podrá atajarse desde un gobierno español mínimamente fuerte. Por eso a la CUP le gustaría hacernos ingobernables. Estamos avisados.

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