Noelia Núñez Diputada del PP en la Asamblea de Madrid
OPINIÓN

Diques de contención

Pedro Sánchez, este sábado en Canarias.
Pedro Sánchez, este sábado en Canarias.
EFE
Pedro Sánchez, este sábado en Canarias.

En España, uno de los principales poderes que sirve de contrapeso al poder político es el poder judicial. Afortunadamente. Sánchez es plenamente consciente de ello y, por eso, sus múltiples ataques e injerencias a dicho poder desde que es presidente.

Desde la anomalía democrática que supone nombrar Fiscal General del Estado a su anterior ministra de Justicia, pasando por los indultos a los golpistas condenados por malversación y por el intento de dar un golpe de estado contra todos los españoles. Mientras, además, amordaza a la Abogacía General. Todo por puro afán de quitarle la venda a la Justicia que ha de ser ciega e imparcial, todo por puro afán de convertirse en intocable e incuestionable.

En Madrid no olvidamos aquel estado de alarma a la carta y exclusivo para Madrid, aquel que buscaba atacar nuestra autonomía y castigarnos simplemente por evidenciar que la crisis sanitaria se podía gestionar de otra manera con bastante más acierto. Fue, precisamente, la Justicia ecuánime la que blindó los derechos y libertades de los madrileños que estaban siendo injustamente atacados por el que, se supone, es el presidente de todos.

Fue la Justicia ecuánime la que blindó los derechos y libertades de los madrileños 

Porque para eso ha de estar la Justicia que emana del pueblo, para proteger de manera independiente los derechos y libertades del pueblo. Y en Madrid, por fortuna, tenemos un gobierno que respeta dicha independencia. El gobierno de la Comunidad de Madrid ha anunciado que volverá a promover la reforma para el nombramiento de los jueces del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, eliminando la potestad de la Asamblea para proponer jueces.

Ahí radica la principal diferencia entre gobiernos, en el reconocimiento de los límites, en el respeto y cuidado de los servicios y servidores públicos. Porque mientras para Sánchez y su ministra, Pilar Llop, no hay límites, mientras ellos abandonan y señalan a la judicatura, Madrid avanza para tener una Ciudad de la Justicia moderna, digitalizada y que será referencia al ser la mayor infraestructura judicial en todo el sur de Europa.

Madrid y, por supuesto, la Justicia seguirán siendo así diques de contención al socialismo.

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