Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

Liderar el fracaso de los Juegos Olímpicos

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.
Govern
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

A la velocidad que avanza el cambio climático nadie sabe si en 2030 habrá suficiente nieve en los Pirineos para llevar a cabo unos Juegos Olímpicos. Pero el fracaso puede llegar mucho antes, y no por falta de nieve, sino por el empecinamiento del Govern de la Generalitat en atribuirse en solitario el liderazgo de unos juegos que han de ser necesariamente compartidos con Aragón, que intenta organizarlos desde la década de los 90. Su presidente autonómico, Javier Lambán, suspendió la cumbre prevista el pasado viernes con el homólogo catalán, Pere Aragonès, como gesto de protesta, lo cual ha situado el desacuerdo entre ambos gobiernos muy cerca de la ruptura. Parece ser que no son tantas las diferencias técnicas sobre dónde realizar cada una de las competiciones, pero la retórica y el postureo van camino de malograrlo todo. Sería una estupidez que un proyecto que debería servir para hermanar a aragoneses y catalanes se perdiera por pulsiones cainitas.

Para Maria Vergés, sindica del Conselh Generau d'Aran (Lleida), territorio que tiene singularidad institucional y autonomía dentro de Cataluña, "de lo que se trata es de ir todos a una, de la mano, en igualdad de condiciones". Su posición mediadora es muy valiosa porque le recuerda a la Generalitat que quien presenta el proyecto es el Comité Olímpico Español (COE), no las comunidades autónomas, y que su insistencia en querer protagonizar los Juegos de Invierno solo conduce al fracaso. También considera erróneo que la candidatura se llame Barcelona-Pirineo como quiere el Govern. El atractivo de la capital catalana como subsede es indudable, pero es más inclusivo si se denomina solamente "Pirineo 2030", nombre en el que todos pueden sentirse reconocidos. En noviembre pasado, desde Arán se promovió una declaración institucional conjunta en este sentido firmada por un centenar de alcaldes oscenses y leridanos.

En relación a las cuestiones medioambientales, los juegos no tienen por qué generar un impacto negativo en el territorio como sostienen sus detractores. No se propone ningún macroproyecto. Básicamente se trata de sacar provecho a las instalaciones deportivas que ya existen y mejorar las infraestructuras generales de esas comarcas, cuyas carreteras sufren bastante abandono. Por eso, cuando el Govern plantea la necesidad de realizar una consulta ciudadana sobre el certamen olímpico, en realidad refleja que no sabe lo que quiere, pues también aquí hay división entre los independentistas. En cualquier caso, sin consenso entre Aragón y Cataluña el COE no presentará ninguna candidatura, porque el Comité Olímpico Internacional (COI) es alérgico a los conflictos políticos. Y si la Generalitat pretende liderar los juegos en solitario, solo liderará su fracaso.

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