Iñaki Cano Redactor Sportyou
OPINIÓN

Le coq du Barça s’appelle Leo Messi

Antoine Griezmann
Antoine Griezmann
EFE
Antoine Griezmann

Hay gallos que no dejan a los demás cacarear porque son los amos del corral. Los gallos tienden a cantar para demostrar que el territorio es suyo. Demuestran su jerarquía cacareando igual que los perros marcan con orina sus árboles delimitando el terreno del mandamás.

En una granja aunque haya muchos gallos sin malas intenciones, siempre está el jefe que canta mucho más alto que los demás y mucho más temprano que los aspirantes a su trono. Si alguno cacarea más que el gallo dominante, se entra en peleas que suelen acabar con el dueño de la granja apartando al gallo replicante de los dominios del gallo cantor.

En Can Barça están sucediendo cosas parecidas a la lucha de gallos en el corral. Leo Messi es el dominante y Griezmann el aspirante. Pero como en todos los corrales, al amanecer, al mediodía y al atardecer, solo se escucha el cacareo del argentino y ni el granjero jefe o el capataz de la granja, se atreve a quitarle el cacareo de la razón al rey Leo. Lo que está sucediendo con Antoine Griezmann es algo que se sabía en los mentideros avícolas del fútbol internacional. Donde este el gallo Messi no cacarea ni Dios.

Quiso Griezmann, cantar más alto en otro corral alejado del Manzanares para comer en la misma mesa que Messi pero no le dejó ni acercarse a su salón comedor y por si hubiera alguna duda, a Leo Messi le pusieron en la granja a un vaquero cántabro como capataz que además, siempre adoró tango argentino mucho más, que el de ‘le coq gaulois’. La confirmación se vio contra el Atlético de Madrid en la granja azulgrana donde últimamente parece que se ponen pocos ‘oeufs’.

Quique Setién tuvo a Griezmann recorriendo la banda durante 30 minutos para que todas las gallinas le vieran ‘pavoneándose’ para al final, dejarle entrar en los dominios del ‘gallo’ Messi durante unos minutos cuando las gallinas ya se habían ido a descansar. Como habrá sido la cosa, que hasta Setién reconoció la humillación. No le pedirá perdón porque Messi, es Messi y Luis Suárez el amigo de Leo que siempre tiene que estar por si acaso al jefe, las cosas le salen mal.

Antoine Griezmann que aún no ha cantado nada ni ha osado cacarear a deshoras, se ha cansado de soportar los caprichos del ‘10’. El campeón del mundo por muy mal que esté, mejor que el amigo de Leo, seguro que está. El uruguayo se ‘arrastra’ recogiendo los piensos que deja el gallo rosarino por el corral al que no permiten entrar a Antoine, aunque cante mejor que el charrúa, pero en Barcelona y en el FC Barcelona, sigue mandando desde hace años entre todas las gallinas y por encima de los dueños de la granja, ‘le coq argentin qui s’appelle, Leo Messi’.

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