Borja Terán Periodista
OPINIÓN

La televisión como ventana a la erupción

Ferreras con una ventana en directo con la señal de la televisión autonómica canaria
Ferreras con una ventana en directo con la señal de la televisión autonómica canaria
La Sexta
Ferreras con una ventana en directo con la señal de la televisión autonómica canaria

La televisión tradicional vive de narrar la vida en directo más que nunca. La tecnología lo permite, el espectador lo demanda. El televisor clásico encuentra su valor sin rival como la gran ventana al mundo en directo. Ventana que no ofrecen las plataformas bajo demanda, cargadas de oferta más atemporal para que la inversión sobreviva al paso de los años con películas o series sin prácticamente fecha de caducidad.

Las cadenas lineales de siempre saben que su fuerte está en el vivo, pero no todas son rápidas de reflejos a la hora de remover sus liturgias para adaptarse a las necesidades del acontecimiento informativo. En 2021, el espectador demanda saber que la cadena está en el lugar. Es más, que le ofrece una señal en vivo de la situación. Da igual que estén hablando en antena de otra historia.

Es lo que está evidenciando la erupción volcánica de La Palma. Así hemos visto como canales como La Sexta o Antena 3 han abierto una ventanita donde se puede observar en tiempo real lo que sucede en el volcán. Aunque sólo sea humo y no aporte nada relevantemente novedoso, esta imagen ejerce su función: mantener al espectador conectado con el suceso de envergadura. De hecho, si las cadenas quitan esa señal en vivo pierden audiencia, ya que el público no visualiza la noticia de la jornada.

En este sentido, todas las cadenas han ofrecido señal en directo del volcán. Pero no todas constantemente. Lo que hacía que descendiera el interés de su programación. El público sentía que se estaba perdiendo algo, a pesar de que la imagen no aportara demasiado.

"Las cadenas intentan captar la atención abriendo una ventana de emisión en directo con la erupción. Aunque sólo se vea humo"

Pero, cuidado, no todas las cadenas que estaban en directo parecía que lo estaban. Es lo que ha sucedido en la mañana de TVE, Sin embargo, el rótulo del directo no especificaba bien el lugar y, entonces, no quedaba claro si la señal de vídeo era imagen de archivo o era lo que estaba sucediendo en ese instante.

De ahí que sea relevante para las cadenas de televisión cuiden el diseño para que el uso de pantallas partidas no sea contraproducente. Y es que puede despistar al público. Las diferentes imágenes simultáneas deben ir acompañadas de una cuidada composición que jerarquice y clarifique lo que se ve para que la audiencia lo comprenda y no se aturulle por un ir y venir de imágenes.

Al final, a veces la sencillez es el gran acierto. Un buen ejemplo es la inteligente decisión de la propia televisión autonómica de Canarias de dejar en emisión durante toda la noche la señal de las erupciones de La Palma. No hacía falta más que la fuerza informativa de una imagen estática. 

La cadena de proximidad de los canarios disparó su cuota media de pantalla en el domingo hasta un 35,2 por ciento de share, mientras que el especial informativo de cinco horas de duración alcanzó la épica cifra del 50.6 por ciento de cuota. Es decir, más de la mitad de los espectadores que estaban frente al televisor estaban conectando con su cadena. Era la televisión que estaba más cerca, y eso es la televisión: estar cerca. O que lo parezca.

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