OPINIÓN

Otra semana perdida más

Abascal hizo el anuncio más relevante de la mañana: Vox va a presentar una moción de censura contra el Gobierno. Lo hará en el mes de septiembre, y el líder ya ha tendido la mano al PP para sumar fuerzas, aunque los cálculos no salen. No le servirían con los votos de los populares y de Ciudadanos, necesitaría a otras fuerzas que apoyaron la investidura de Sánchez. "No queda más remedio que anunciar una moción de censura que presentaremos en el mes de septiembre", ha revelado Abascal en el pleno.
Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros.
Abascal hizo el anuncio más relevante de la mañana: Vox va a presentar una moción de censura contra el Gobierno. Lo hará en el mes de septiembre, y el líder ya ha tendido la mano al PP para sumar fuerzas, aunque los cálculos no salen. No le servirían con los votos de los populares y de Ciudadanos, necesitaría a otras fuerzas que apoyaron la investidura de Sánchez. "No queda más remedio que anunciar una moción de censura que presentaremos en el mes de septiembre", ha revelado Abascal en el pleno.

En vísperas de una moción de censura que promete emociones más propias de un reality para hiperventilados que de una sesión parlamentaria, los grandes partidos políticos y los medios de comunicación andan enzarzados como si el mundo se acabara mañana en cuestiones tales como quién ganará realmente esta moción, cómo saldrán de trasquilados Sánchez, Abascal e Iglesias o, más difícil aún, cómo salvará una situación tan comprometida Pablo Casado, quien está ante una decisión que puede marcar su futuro más inmediato y el de un Partido Popular que aún tiene que definir qué quiere ser de mayor.

"Esta semana tenemos en el Congreso una partida de ajedrez con jugadores de póquer en cada esquina del hemiciclo" 

Como ya sé por experiencia que la política no es un oficio para ingenuos, no les voy a llamar a engaño alguno: esta semana tenemos en el Congreso una partida de ajedrez con jugadores de póquer apostados en cada esquina del hemiciclo. Una disputa del poder, con las cámaras de televisión y las redes sociales llenas de hooligans y palmeros ejerciendo de cámaras de resonancia, en la que no se examinará la gestión del Gobierno, sino en la que todos tomarán posiciones para un año político con más curvas que el circuito de Fórmula 1 de Mónaco.

Tacticismo, partidismo y sectarismo en categoría premium. Todo un espectáculo para los adictos a la cuestión en una semana en la que seguiremos batiendo récords de contagios por el coronavirus y en la que continuaremos preguntándonos por qué somos el país que está soportando la crisis económica que nos ha traído esta maldita pandemia. No lo duden. No sabemos quién ganará esta semana en el Congreso, pero sí quiénes pierden: los españoles que están hartos de estas broncas domésticas y frentistas que nos desvían de nuestra verdadera lucha como país. Para todos ellos, esta semana, como tantas otras, será una semana perdida.

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