Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

Eructo conspiranoico

El ex comisario de la Policía Nacional José Manuel Villarejo, saliendo de la Audiencia Nacional.
El ex comisario de la Policía Nacional José Manuel Villarejo, saliendo de la Audiencia Nacional.
ACN
El ex comisario de la Policía Nacional José Manuel Villarejo, saliendo de la Audiencia Nacional.

El excomisario José Manuel Villarejo sabe que su futuro judicial pinta bastante crudo, y no solo ha intentado recusar al tribunal que le juzga por sus corruptelas, sino que su estrategia consiste en embarrarlo todo, disparando a diestro y siniestro. Tras implicar en sus fechorías a la monarquía, a Felipe González o Mariano Rajoy, su última aportación a la historia de la infamia ha sido resucitar la tesis conspiranoica de que los atentados yihadistas del 17 de agosto de 2017 en Cataluña fueron consentidos por el CNI y su director, Félix Sanz Roldán, a quien Villarejo odia profundamente porque le atribuye todas sus desgracias. 

El decaído movimiento independentista ha recogido esas declaraciones como agua de mayo porque ya en su momento presentó esas matanzas como una maniobra de los servicios secretos españoles para cortar en seco el procés, que estaba a punto de votar las leyes de desconexión y convocar el referéndum del 1 de octubre. Solo hay que recordar el secuestro que hizo de la manifestación contra los atentados, con un servicio de orden que acabó en manos de la ANC y Òmnium, los abucheos a Felipe VI y a todos los representantes del Estado.

En el juicio sobre los atentados, que condenó a penas de cárcel a Houli Chemlal y Driss Oukabir por pertenencia a célula yihadista y a Said Ben Iazza por colaborador, se descartó la vinculación del imán de Ripoll con el CNI, contra la tesis que sostenía uno de los abogados de las víctimas, Jaume Alonso-Cuevillas, y diputado de Junts. También los Mossos, en su propia investigación, descartaron que los servicios secretos les hubieran escondido información. Pues bien, pese a todo eso, a los políticos independentistas les ha salido un eructo conspiranoico y, tras las indocumentadas palabras de Villarejo afirmando que a Félix Roldán el asunto "se le fue de las manos", han salido en tromba, los más moderados (ERC) a exigir explicaciones al Gobierno español, y los otros (Junts y CUP) acusando directamente a España de perpetrar crímenes.

Es evidente que las amenazas de emprender acciones legales desde el Govern o el Parlament van a caer en el olvido

Con el paso de los días, Pere Aragonès ha suavizado su postura y ahora ya no da crédito a las afirmaciones del excomisario. Es evidente que las amenazas lanzadas en el primer momento de emprender acciones legales desde el Govern o el Parlament van a caer en el olvido. El episodio no pasará de ser un eructo conspiranoico fruto de una mala digestión, la del ya lejano 2017, pero que al independentismo le ha ido muy bien ahora para tapar la destitución del intendente Toni Rodríguez al frente de Investigación Criminal. A la destitución de Josep Lluís Trapero al frente de los Mossos, le ha seguido la purga de alguien que tuvo que pedir amparo al TSJC mientras investigaba posibles corruptelas de miembros del Govern.

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