Joan Ferran Historiador y articulista
OPINIÓN

Alerta policial

Un agente de la Guardia Urbana de Barcelona delante de personas haciendo botellón, este sábado.
Un agente de la Guardia Urbana de Barcelona delante de personas haciendo botellón.
ACN
Un agente de la Guardia Urbana de Barcelona delante de personas haciendo botellón, este sábado.

El próximo sábado es el día. Las imágenes de los incidentes de Tiana -la persecución y agresión padecida por efectivos de los Mossos d'Esquadra y Policia Local- han actuado como detonante y catalizador. Entidades ciudadanas y sindicatos de policías saldrán a la calle para exigir que, desde todos los ámbitos políticos e institucionales, se respalde, respete y considere la labor de las fuerzas de seguridad.

El manifiesto difundido por los convocantes de la marcha no busca culpables (los hay) busca soluciones. Su texto plantea la necesidad de que se adopten las medidas judiciales pertinentes para que alborotadores, gamberros y delincuentes paguen por sus fechorías.

Reclaman a las administraciones apoyo político e instrumentos eficaces para el óptimo ejercicio de su tarea como garantes del orden. Alertan de que no se puede tolerar, ni admitir, que la llegada de la policía en acto de servicio sea recibida a botellazos y pedradas.

Modestamente creo que tienen razón. Urge recuperar el principio de autoridad y también la confianza que ha de presidir las relaciones de los cuerpos de seguridad con sus responsables políticos.

Desgraciadamente esa confianza no existe, está quebrada. La negativa a condenar la violencia por parte de algunos partidos no facilita las cosas. Como tampoco ayuda a ello que la comisión parlamentaria que ha de discutir el modelo policial catalán esté presidida por la CUP. Formación que se ha caracterizado, sobre todo su rama juvenil, por protagonizar altercados.

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