Isasaweis Escritora y bloguera
OPINIÓN

Tenemos que hablar más de lo malo

Tenemos que hablar más de lo malo. Tendemos a guardarnos nuestros problemas para nosotros. Nos resulta difícil abrirnos a alguien y contarle lo que nos preocupa. Por vergüenza, por miedo a que nos juzguen, a que lo consideren una chorrada y sentirnos ridículos o incomprendidos. Lo ocultamos y caminamos por la vida con una mochila cargada de piedras invisible a los ojos de los demás. Las mochilas pesan, nos hacen el camino difícil y, a menudo, son la explicación a problemas y disgustos imposibles de entender para el resto del mundo porque nuestra mochila es nuestra, y es invisible.

De un tiempo a esta parte, me he dado cuenta de lo necesitados que estamos de escuchar y de que nos escuchen, he practicado mucho y he sido consciente del poder de la conversación. Es fácil. Puedes elegir un café y un amigo de siempre, un vino y uno reciente, un paseo por el parque a primera hora, una llamada de teléfono desde el coche o una charla espontánea con un desconocido en el Camino de Santiago.

No importa lo que nos preocupe, ya sea que estemos en un mal momento personal o necesitemos dar un cambio en nuestra vida, enfrentarnos a un miedo, nos angustie el trabajo o un conflicto con un ser querido, o estemos sufriendo muchísimo por amor. Compartir con alguien cualquier problema al que no veamos solución nos va a ayudar con seguridad.

Cuando cuentas lo que te preocupa haces un esfuerzo por ir al origen; esto también ayuda a la comprensión

Tiene sentido. Cuando cuentas lo que te preocupa haces un esfuerzo por desmenuzar el problema, ir al origen, desarrollarlo, describir pros y contras y analizarlo en profundidad para que la otra persona pueda comprender lo que sientes. Pero al hacerlo, tú también lo estás entendiendo, y de otra forma más reflexiva que no es la misma que cuando solo suena en tu cabeza. Además, te escuchas hablar y, de este modo, recibes la información de una manera diferente a lo que habías hecho hasta ahora, y esto también ayuda a la comprensión.

Por otro lado, diferentes personas nos ofrecen distintos puntos de vista que nos amplían las miras y abren las puertas a otras soluciones que nosotros probablemente ni habríamos contemplado.

Estamos más conectados que nunca, pero no nos vemos, y los problemas se cuentan mirándose a los ojos

Últimamente he compartido algunas de estas charlas con amigos y he descubierto, además, que cuando compartes con alguien algo que te preocupa, este tiende a compartir también sus preocupaciones contigo. Y algo importante os une a partir de ese momento.

Es curioso, vivimos en un mundo en el que estamos más conectados que nunca, a través del móvil, de las redes sociales... pero solo sabemos los unos de los otros para contarnos lo bueno. No nos vemos y los problemas, las preocupaciones, se cuentan en persona, mirándose a los ojos.

Yo, que me he propuesto cambiar esto, os dejo, que he quedado para tomar un café con un amigo. Un café 1.0, que dice él.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento