Isasaweis Escritora y bloguera
OPINIÓN

Eres madre, pero también eres mujer

Mujer cansada
Mujer cansada
GTRES
Mujer cansada

Querida amiga, no puedes seguir así.

Empiezas el día agotada. Te miras al espejo, tus ojeras corroboran que lo estás, tu pelo se ha quedado en la mitad, tu boca está seria y tus ojos te cuentan todo eso. Un poco de crema, por si hace algo, y una coleta que es lo más práctico. Te pones los únicos pantalones en los que entras. Has cogido peso pero no vas a comprarte ropa nueva. Tendrías que cuidar tu alimentación y hacer deporte pero ahora no tienes tiempo. Desayunas de pie, un café y un trozo del bizcocho que no quiso tu hijo o dos galletas, dos, que engordan. Vistes a los críos, se quejan de que tienen sueño. Peleas con la pequeña, no le gusta el jersey. Que se ponga lo que quiera, pasas de discutir ya por la mañana. Los llevas al colegio y sales pitando, llegas justa al trabajo. Pasas la mañana ocupada, por lo menos no piensas. ¡Qué hambre te entra a las once! Deberías comer fruta pero no tomas nada, que desayunaste bizcocho. 

Sales desfallecida, con más preocupaciones, y corres a casa. Abres un frasco de algo. Mientras se calienta, engulles pan con lo que pillas, no sabes ni lo que era. ¡Corriendo a por los críos! Toca llevar a rugby a uno y al chiquipark a la otra, que es tu hora de pilates. Te pones las mallas y te tumbas piernas arriba. La profesora dice algo de poner la mente en blanco, ni la oyes. Piensas en el trabajo que vas a hacer esta noche cuando acuestes a los niños, te preguntas si estará bien la pequeña. Deberías estar con ella, total, el pilates no te sirve de nada. Sales a toda prisa, ya te ducharás luego. 

Recoges a uno y a otro y voláis de nuevo a casa: baño, pijama y cena. Hoy embutidos que es fácil, te mueres por hincharte a fuet y a los niños les encanta. Pobres críos, piensas, deberías cocinar algo. Se cepillan los dientes y a la cama. Pegan cuatro gritos, todas las noches igual, el maldito vaso de agua. Por fin te sientas en el sofá, pones la tele y coges la tablet. Trabajas y dices a tu amiga por WhatsApp que ha sido otro día horrible, que estás agotada y que hoy tampoco podéis hablar. La lavadora ha terminado. Te levantas a tender y pasas por la cocina a coger media tableta de chocolate...

Querida amiga, llevas años volcada en tus hijos, sin mirar por ti, y arrastrando a la vez esa horrible sensación de culpa por perder la paciencia con ellos, por darles de cenar cualquier cosa, por dejarlos en el chiquipark... Sí, eres madre, pero también eres mujer. Has de estar fuerte, verte guapa, reír mucho, tener energía y recuperar la ilusión que tenías. Y entonces sí, entonces... ¡ser la mejor madre del mundo!

Empezamos hoy mismo, ¿oíste?

Estamos juntas en esto. Y vamos a hacerlo genial porque, como te dije ayer... 2020 suena muy muy bien.

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