Helena Resano Periodista
OPINIÓN

Cuando todavía pensábamos que esto no iba en serio

Supermercados vacíos en Italia.
Supermercados vacíos a causa del coronavirus.
ANDREA CANALI
Supermercados vacíos en Italia.

Estos días vamos a escuchar mucho, a leer mucho, sobre qué hicimos hace justo un año: cómo reaccionamos cuando empezaron a surgir las primeras señales de que esto iba en serio, de que la pandemia no era cosa de un extraño virus chino, sino que lo teníamos en casa. Hace justo un año vivimos nuestro primer "saqueo" a los supermercados. A última hora de la tarde de aquel 10 de marzo empezaron a registrarse colas enormes en los supermercados, vimos cómo las escenas de arrasar con todo y que habíamos visto en otros países, se repetían en el supermercado de nuestro barrio.

 Las estanterías vacías, sobre todo las del papel higiénico, la sensación de que había que comprar de todo porque el mundo se acababa. La imagen era impactante y fue el primer síntoma de que esto estaba pasando, nos estaba pasando. Había miedo, mucho miedo, no sabíamos qué iba a suceder, cuánto tiempo iba a durar y cómo íbamos a salir.

Madrid anunciaba que cerraba los colegios, pensando, creyendo, que esto iba a ser cuestión de dos semanas

Hace justo un año empezaron las primeras señales claras de que la situación no iba bien. Madrid anunciaba que cerraba los colegios, pensando, creyendo, que esto iba a ser cuestión de dos semanas. No sabíamos entonces que nuestros hijos no volverían a pisar las aulas hasta septiembre. Empezó una travesía difícil, para ellos y para nosotros, sus padres. Había que conciliar, reconvertir sus habitaciones o los salones en aulas improvisadas, compartir espacios y tiempos, animar cuando el miedo paralizaba o cuando el cansancio, tras horas frente a la pantalla, les hacía decaer. Empujarles a terminar un curso que iba a ser el más extraño de sus vidas, y de las nuestras.

Durante estos días echaremos la vista atrás, pensaremos que el tiempo ha pasado demasiado lento o demasiado rápido y que, lo peor, un año después, seguimos metidos en este bucle. Pero el ejercicio de pensar qué hacíamos entonces, los días previos al primer confinamiento, debería ayudarnos a entender por qué reaccionamos tan tarde, por qué no lo vimos venir, por qué nos lo tomamos tan a la ligera cuando desde Italia nos avisaban de lo que se nos venía encima. Recuerdo que esa semana del 9 de marzo algunos protestaban porque tenían billetes para una escapada el fin de semana o una fiesta de cumpleaños. 

Tendremos que hacer reflexión y autocrítica, porque fallamos todos

El mismo jueves, 48 horas antes del estado de alarma, recuerdo que me invitaron a una cena. Decliné la invitación y deslicé que quizás no era la mejor idea reunirse con todo lo que estaba pasando. No me llamaron loca, pero sé que lo pensaron: me miraron como una exagerada histérica. Y quedamos en que lo dejaríamos para la semana que viene. Jajajaja, me da la risa.

Aquella cena no se celebró hasta principios de julio. Sí, tendremos que hacer reflexión y autocrítica, porque fallamos todos, quienes tenían que tomar decisiones y quienes debíamos exigirlas. La gran mayoría vivía ajenos a todo, ajenos al tsunami que se nos venía encima

Mostrar comentarios

Códigos Descuento