Borja Terán Periodista
OPINIÓN

El nuevo negocio de vídeos personalizados de celebrities

Captura de una de las aplicaciones para conseguir vídeos de famosos
Captura de una de las aplicaciones para conseguir vídeos de famosos
Cameo
Captura de una de las aplicaciones para conseguir vídeos de famosos

El público siente a los artistas más cerca que nunca, ya que puede interactuar con ellos con sólo un clic a través de las redes sociales. De hecho, a menudo se asiste a la vida de las celebries de la misma forma que se ven los movimientos de la familia o amigos: con la proximidad a golpe de publicación en Instagram. Incluso es fácil dirigirse a las celebries como si fueran personas del barrio de toda la vida. Como consecuencia, sentimos a los famosos tan cerca que se ha perdido cierto respeto a la estrella y hasta muchos no se coartan en asaltar su intimidad con peticiones como "me puedes hacer un vídeo de felicitación a un amigo". 

Ya no basta con un simple autógrafo, ahora directamente el tesoro es conseguir un vídeo personalizado del artista en el que diga tu nombre y, así, fardar públicamente de la grabación en tu Instagram, Facebook, Twitter o la plataforma que sea. Son las consecuencias de la generación del like. Y, claro, algunos han visto una vía de negocio en esta necesidad, que entremezcla movimiento fan y postureo social. 

Ya hay apps que sirven de intermediario entre populares y usuarios de las redes. Han encontrado nicho empresarial para cubrir la demanda de "me podrías mandar un saludo a mi madre". Previo pago de su importe, por supuesto.

La aplicación más famosa para este cometido se llama Cameo y cuenta con una extensa cartera de personalidades internacionales. A precio para todos los gustos, de 879 euros de Conrad Ricamora (How to Get Away with Murde) a los 40 euros del vidente made in Spain Rappel.

"Ya no nos vale con un simple autógrafo en un papel que admirar, necesitamos mostrar al mundo que el famoso sabe decir nuestro nombre"

De los españoles, destacan Alaska (81 euros), Chenoa (84 euros) o Pau Gasol (264 euros). Los vídeos no suelen tardar más de 24 horas en llegar al destinatario y para los rostros populares es una acción fácil. Tan simple como autograbarse con su propio móvil. Muchos, tal vez para sentirse mejor de comercializar con un simple saludo, anuncian que del beneficio obtenido donarán una parte a causas benéficas.

Luego está Memmo. Más colorista, más cañí... Ahí está Ramón García (desde 30 euros), Karina (desde 30 euros) o Yola Berrocal (desde 50). Repite Rappel. Él, multiplataforma. 

Pero la realidad es que estas aplicaciones cubren una demanda creciente. Ya no nos vale con un simple autógrafo en un papel que admirar, necesitamos mostrar al mundo que el famoso sabe decir nuestro nombre. Que nos quiere, algo. Aunque lo haya hecho a cambio de unos euros.

La evolución de los autógrafos:

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