Borja Terán Periodista
OPINIÓN

El bofetón de Will Smith que destruyó a los Oscar 2022 (y la imagen pública del actor)

La Academia de Hollywood condena la violencia después de la agresión de Will Smith en los Oscar
La Academia de Hollywood condena la violencia después de la agresión de Will Smith en los Oscar
La Academia de Hollywood condena la violencia después de la agresión de Will Smith en los Oscar

La ceremonia de los Oscar de 2022 no ha cumplido su cometido por culpa de Will Smith. No se está hablando del cine que buscan promocionar estos galardones con glamour, sólo se está comentando la bofetada de Will Smith a Chris Rock por hacer un mal chiste sobre Jada Pinkett, mujer de Smith.

El actor se levantó del patio de butacas, subió al escenario y arremetió contra Rock. Al principio, se dudó si tal situación era un requiebro de guion, pero la torta pilló de improvisto a los cámaras de la gala. Lo que definió que el violento momento era tan grave como real. De hecho, representa esa desoladora realidad que se cuela entre las risas artificiosas de una impostada gala.

Después, Will Smith pidió disculpas entre lágrimas al recoger el premio al mejor actor por El método Williams. Pero ya era demasiado tarde. Ya daba absolutamente igual su estatuilla dorada.

"El resentimiento siempre impide a los protagonistas que disfruten de su momento y proyecten sus cualidades al mundo."

La actitud violenta ha engullido la que iba a ser una gran noche para el actor. La ira y el rencor es lo que provoca siempre, no falla: que incluso te impida festejar un evento de reconocimiento al que acudes como favorito.

Will Smith quiso defender a su mujer con la gallardía de machito de una cultura tóxica. Con las manos, ante todo Hollywood. Sin embargo, no defendió a nadie.  Sólo ha conseguido visibilizar más un chiste desafortunado, que al final iba a pasar desapercibido. Pero ya se ha quedado subrayado en fosforito en la historia de los Oscar porque un señor subió al escenario a abofetear.

Nadie habla hoy de Will Smith como actor. Pocos hablan hoy del cine que pretenden divulgar los Oscar de anoche. El cólera de la violencia siempre alcanza su objetivo, ya sea con bofetones físicos o verbales.  

El resentimiento impide a los protagonistas que disfruten de su momento y proyecten sus cualidades al mundo. La tensión del rencor sólo propicia que ni el propio Will Smith, experto maestro en calculada campechanía en el prime time, haya podido celebrar la que iba a ser su noche: la gran noche de triunfador por su ansiado Oscar. Una noche en la que unos segundos han cambiado su imagen pública para la eternidad.

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