Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

Las mujeres son 'culpables'

Una mujer sostienen a un bebé tras cruzar la alambrada en la frontera entre Siria y Turquía cerca de Sanliurfa.
Una mujer sostienen a un bebé tras cruzar la frontera entre Siria y Turquía.
Sedat Suna / EFE
Una mujer sostienen a un bebé tras cruzar la alambrada en la frontera entre Siria y Turquía cerca de Sanliurfa.

La igualdad de género no acaba de cuajar en muchos lugares. En Turquía, un país que aspira a integrarse en la Unión Europea, el presidente, Recep Tayyip Erdogan, ha decretado o, mejor dicho, ha revertido el decreto que prohibía a los maridos pegar a sus mujeres. Vuelve a imperar la vieja recomendación a los esposos: "Cuando llegues a casa por las noches, pégale un par de hostias a la mujer y una patada al perro. Si no sabes por qué les pegas, no te preocupes, ellos sí lo sabrán".

Desde ahora, los turcos no tienen obstáculos legales para zurrar la badana a sus esposas de vez en cuando. Se trata, dice la disposición gubernamental procedente, de recuperar una vieja y saludable costumbre arraigada en la cultura musulmana. Los hombres más devotos, especialmente, se sentían frustrados sin poder sacudirles –como hacían antes– unos sopapos a las damas, algo que ellas asumen con mucha normalidad... y algunas con placer.

Pero no es solo en Turquía. En Pakistán, el primer ministro, Imran Khan, culpó a las mujeres, y concretamente a su forma actual de vestirse, de las violaciones que se producen con mayor frecuencia. El problema –según él– es que las jóvenes se empeñan en ponerse vestidos ajustados que impiden que los hombres que las ven por la calle "se puedan contener".

No se trata de un problema irreversible: la solución no está en castrar a los violadores reincidentes, que es la pena a la que se les somete, sino que las mujeres asuman su responsabilidad y vuelvan a vestirse como antes, con velo y ropas hasta los talones.

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