Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

Enriquecerse con la pandemia

Colas en una farmacia de Madrid.
Varias personas hacen cola para entrar en una farmacia de Madrid.
Jorge Paris
Colas en una farmacia de Madrid.

En los pueblos, donde se almacena tanta experiencia y sabiduría, se dice que cada uno cuenta la feria como le va en ella. Es una frase aplicable a todos los momentos de la vida, empezando por los más nefastos.

Todos nos quejamos y lamentamos de los males que nos está proporcionando la pandemia de la Covid-19. Hay que lamentar muchas víctimas, muchos damnificados, muchos trastornos y muchos miedos.

Pero a pesar de todo, no todos pueden quejarse de los problemas que acarrea. La pandemia se ha convertido en una fuente de negocios, en un su inmensa mayor parte lícitos y beneficiosos para la sociedad.

Es perfectamente comprensible que quienes vuelcan sus experiencias y conocimientos en encontrar y comercializar vacunas y remedios, obtengan su compensación. Lo malo es que entre ellos hay quienes se aprovechan para forrarse.

Las especulaciones con los test y los PCR rayan a menudo en el aprovechamiento ilícito de situaciones extremas. La salud es un asunto muy serio como para dejarlo a merced de especuladores.

Ha habido casos de delincuencia clara. Estos días pasados, en plena fiebre por encontrar un test en vísperas de Nochebuena, la Policía descubrió en Madrid un alijo de 300.000 test de antígenos. No se conocen más detalles, pero seguro que no estaban reservadas para niños pobres.

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