La moda es más que la brillantez de los desfiles o el exponente de la elegancia. Es parte de la cultura de nuestro tiempo y no permanece ajena a la actualidad que vivimos.

Cuando Rusia invadió Ucrania, en otro lugar de Europa, Milán presentaba sus nuevas colecciones de moda para el próximo otoño invierno.

Giorgio Armani fue el primero en reaccionar, decidió no utilizar música durante su desfile como símbolo de respeto ante los duros momentos que el pueblo ucraniano estaba atravesando. El silencio fue un eficaz modo de rechazo. Días más tarde el carrusel de la moda giraba de nuevo en París y allí "Mi voz es mi arma elegida" de Grace Jones fue el mensaje en el que se apoyó el desfile de Balmain. Stella McCartney, por su parte, no dudó en decidir como banda sonora para su desfile a John Lennon y su Give Peace a Chance.

Especialmente emotiva resultó la sobria e impactante puesta en escena de Balenciaga en la Semana de la Moda que se cerró con los colores de la bandera ucraniana.

La reina Letizia también envió estos días su particular forma de apoyo al vestir en un acto institucional una blusa artesanal realizada en Ucrania. Y es que la moda no solo sirve para momentos de fiesta y celebración, también puede ser vehículo de expresión para reaccionar al menos simbólicamente ante la violencia y el horror.