OPINIÓN

El jamón del bueno no existe

<p>Macrogranja.</p>
Imagen de una macrogranja.
GUNNAR RICHTER (WIKIMEDIA)
<p>Macrogranja.</p>

El ministro Alberto Garzón aseguró que sí, que el jamón del bueno (y la carne de calidad) existe y no tiene nada que ver con esas carnes baratas procedentes de terroríficas macrogranjas industriales. Pero medio país se lanzó a su yugular afirmando que es falso, que tan bueno es un jamón de cerdos felices de raza pura ibérica alimentados con bellota en montanera y secados lentamente al aire de la sierra (mínimo 800 euros) que un jamón de cerdos infelices criados en grandes naves y curados en cámaras de deshidratación (menos de 50 euros). Que igual de rural es una ganadería familiar con 50 vacas que una gran instalación de 20.000 vacas o 100.000 cerdos.

Dice Garzón que esas grandes empresas "contaminan el suelo, contaminan el agua y luego exportan carne de mala calidad de animales maltratados". Pero tienen razón los defensores de la carne basura, todos sus productos cumplen escrupulosamente las actuales normas sanitarias, medioambientales y de bienestar animal, aunque bien saben que son ellos, poderosos lobbies económicos, los principales responsables de haber reducido esas exigencias a niveles ridículos. 

El consumidor decide libremente, se supone, después de sufrir un constante bombardeo publicitario de presupuesto ilimitado frente a los cada vez más arruinados ganaderos en extensivo, convertidos en un supuesto lujo de pijos. Que nadie critique la industrialización de esa España vaciada que ahora llenamos de grandes fábricas de carne petadas de antibióticos, de grandes vertederos, de grandes instalaciones de energías renovables. Todo sea a mayor gloria de un mundo urbano que ha convertido el campo en su retrete ambiental, laboral, social y sanitario. ¡Es la economía, tonto del haba!

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