
Un atractivo temible. El encendido de la iluminación navideña conduce al centro de las ciudades a millones de personas hasta colmar sus calles y plazas más señeras. Aglomeraciones de alto voltaje mientras la curva de la pandemia aún se resiste a caer por debajo de los niveles de riesgo. Aunque el virus contagie más en interiores que en la vía pública, la densidad de viandantes puede repuntar la incidencia a tres semanas de la Nochebuena. Sanidad pide prudencia y recuerda que las vacunas están por llegar. España ha encendido más luces que nunca. Que su brillo no deslumbre la razón.
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