Aunque minoritaria, la protesta ayer en el transporte refleja la situación que la subida de los combustibles provoca en el sector. No es el único, el de la pesca también lo sufre, hasta el punto de no ser rentable salir a faenar, al igual que tantas industrias en que la factura energética lastra sus cuentas. A la espera de lo que decida Europa, la única medida posible para moderar los costes es rebajar impuestos. La carga impositiva de la gasolina y el gasoil ronda el 50%. Cuanto más alto es el precio base, mayor es el margen de recorte fiscal sin que se resienta la recaudación.