OPINIÓN

El virus de la niñofobia

La idea de las salidas no era encontrarnos aglomeraciones en Sevilla; no poder ni andar por la Diagonal de Barcelona; o ver paseos marítimos como el de Cádiz, abarrotados. Algunos padres en Eibar o Valencia pensaron que la Liga había vuelto y dejaron a sus hijos jugar con los amigos o compartir juguetes
Niños en la calle.
La idea de las salidas no era encontrarnos aglomeraciones en Sevilla; no poder ni andar por la Diagonal de Barcelona; o ver paseos marítimos como el de Cádiz, abarrotados. Algunos padres en Eibar o Valencia pensaron que la Liga había vuelto y dejaron a sus hijos jugar con los amigos o compartir juguetes

El domingo mi hijo Gaspar pudo al fin estrenar el cochecito que le regalaron sus abuelos. Llevábamos todo el confinamiento diciéndole que iba a flipar al descubrir que el mundo no es solo el piso con vistas a otros balcones al que llegó directo del paritorio. Al fin vería árboles, coches y a más gente tridimensional, que el pobre solo conoce la versión plana de las videollamadas. 

El paseo resultó bastante menos emocionante porque en cuanto salió del portal el niño se quedó sopa, pero al abrir Twitter descubrí que la alegría de millones de padres que llevábamos semanas de confinamiento esperando se había convertido en una amenaza. Los niños en la calle eran un peligro.

La desescalada infantil llenó las redes de las mismas cuatro fotos de calles petadas, algunas tomadas con teleobjetivos que generan el efecto de que gente a distancia parezca pegada. También aparecieron vídeos en los que, ya con menos truco, se ve a unos cuantos padres de cháchara mientras sus hijos echaban un partido. Por culpa de esos borricos ahora todos los padres somos unos irresponsables y la población infantil un arma de destrucción masiva.

La desescalada infantil llenó las redes de las mismas cuatro fotos de calles petadas

Hay millones de niños en España, pero para algunos ahora tiene que haber solo uno por calle. Son esos que a partir del dos de mayo supongo que saldrán a correr en fila india... Que no haya comprensión hacia los niños, la población más vulnerable que cambió de pronto el colegio y los abuelos por los deberes en casa y los bizcochos, habla regular de nuestra sociedad. 

La ensombrecen también los padres de los vídeos, que son unos irresponsables totales y los únicos culpables del comportamiento de sus niños. Insolidarios y de vergüenza, pero la gran mayoría de padres solo queremos proteger a nuestros hijos. Más aún si hay un virus.

La gran mayoría de padres solo queremos proteger a nuestros hijos

Los que no sé qué quieren son los de esa derecha sin rumbo que primero pidieron que dejaran salir a los niños, montaron el pollo al saber que se los iban a tener que llevar al supermercado y ahora son los primeros en protestar porque hay demasiados críos en la calle. 

Supongo que el objetivo es intentar sacar a toda costa rédito político de la infancia como ya lo hicieron con los contagios de los sanitarios, los policías, los fallecidos... Les vale cualquier excusa para ganar poder.

Toda esta niñofobia se puede justificar por el miedo. Eso fue lo que debió sentir mi hijo en la calle al verme con una mascarilla. Miedo es lo que tenemos todos dentro al saber que tenemos que volver al mundo, pero con esa nueva normalidad que nadie tiene muy claro qué es. 

Tiene pinta de que nos va a poner nerviosos muchas veces y que nos hará buscar culpables. En esos momentos tendremos que recordar que la distancia solo debe ser social para poder alcanzar el futuro. Y que ese, sobre todo, es de los niños.

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